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domingo, 18 de enero de 2015

LA CARCOMA DE LA FE






Sabemos como la carcoma se instala en la madera, toma contacto con ella y, sabiéndola apetecible planta su tienda en ella. Allí comienza a devorarla y va debilitando su fuerza. La apariencia externa de la madera (árbol, muebles, vigas) es impecable y así, escondiendo la agresión, el minúsculo individuo sigue horadando sin trabas ni oposición. Se introduce dentro del elemento que va a destruir, al fin y al cabo de ello se alimenta. Si la madera está sana es muy apetecible la que está podrida no despierta su interés.
Durante la acción destructiva existen indicios que, una vez observados, inducen al responsable a poner solución antes de que todo el edificio caiga al suelo. Si se está atento se oye cierto sonido cuando todo está en silencio. También si se observa se ven algunas superficies con textura diferente. Llegado este punto ya no podemos esperar que pare por sí sola, hemos de pedir ayuda profesional o dejar caer el edificio.
Así ocurre también con la fe. Puede verse atacada por situaciones, experiencias, desarraigos, que hacen que se vaya debilitando hasta quedar, si no destruida totalmente, sí reducida a una mínima expresión. También aquí hay elementos indicativos de este ataque voraz a la fe individual. Si no se está atento todo será destruido.
Puede ocurrir que nuestra fe esté siendo alimentada de experiencias surgidas en entornos concretos. Así muchos se han servido de la comunidad eclesial para el alimento y desarrollo de la fe. Al fin y al cabo decimos ser una familia. Claro que es tan fácil decir; pero lo que cuenta para Dios, afortunadamente, no es sólo lo que decimos.
También la experiencia nos dice que esa misma comunidad eclesial que fue el medio para alimentar tu fe puede convertirse en todo lo contrario. Puede convertirse en la entidad que alimenta tu energía negativa. La que mata casi todo aquello que antes te nutría. Entonces conviene reflexionar y pensar si es situación particular y única o es situación comunitaria a la baja.
En fin sé que nadie podrá matar la fuerza del milagro eucarístico aunque existen situaciones que te llevan a preguntar. ¿La fe del sacerdote que celebra la eucaristía es vinculante con la realización del milagro? La respuesta es obvia. ¡NO!. La fuerza de Dios sobrepasa toda debilidad humana.
Pero estamos en la era de la información, del conocimiento, de las tecnologías de la comunicación y de, quizá, un desequilibrado enriquecimiento del intelecto al que le falta el cultivo de lo espiritual.
Ahora los pastores deben saber que su aforo ha cambiado mucho en las últimas décadas y que deben estar preparados intelectualmente pero sobre todo psicológica y espiritualmente. Ahora más que nunca se oye decir “ que poca gente joven y madura celebra la eucaristía dominical”. Quizá muchas de estas personas prefieran no ir antes de sentirse tratadas como intelectos de secano.
Gracias a Dios la iglesia es universal y lo que busco y no encuentro aquí lo encuentro sin buscarlo allá. Y así DIOS va poniendo a tu alcance todo lo que necesitas para el alimento de la fe que, como inquieta semilla, habita en tu interior.
No olvidemos que muy por encima de todas y cada una de las religiones, de todas y cada una de las confesiones está DIOS.
Acabo de ver en las noticias que un líder político británico ha atacado las palabras del Papa Francisco. El Papa ha dicho que no se debe ofender la religión. Esto es algo obvio y cualquier persona, aunque ni siquiera fuera cristiano, debe hablar así. No se debe insultar ninguna religión. Pues bien, este político británico ha dicho que en una sociedad democrática se puede ofender la religión.(quizá si se acaban las ofensas se acaba también la economía armamentística) Y podría yo decir entonces ¿también se podrá matar?, ¿también se podrá robar o violar?. Y quizá sea eso lo que está pasando porque echando un vistazo al mundo se ve más tiranía que democracia porque la tiranía ha sabido instalar su tienda incluso dentro de la tan nombrada democracia.
Todo este entorno social y político, todo este ambiente de injusticia, ignorancia y dolor, toda esta sociedad que quedará escrita en el libro de la vida como aquella que mataba a sus hijos antes de nacer para dar prioridad a la fornicación, todo esto y sobre todo la cobardía y el miedo a decir alto y claro, SÍ SOY CRISTIANO y, precisamente por eso no insulto a ninguna otra religión. Porque para el que no lo sepa el Amor que nos mostró CRISTO, deja en ridículo a la más perfecta de las democracias habidas y por haber.
Estemos atentos. Observemos y, sobretodo, auto-observémonos para detectar con premura los primeros síntomas de la carcoma que ataca la fe.









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