Agradecer al
estiércol su mal aspecto, su insoportable olor. Sí agradecerlo. Si no fuese por
él ¿acaso podríamos deleitarnos inspirando el pacífico aroma de la rosa?
Agradecer SÍ
siempre agradecer.
Agradecer la
prueba por dura que me parezca, agradecer que Dios, por medio de ella, quiere
fortalecer mi alma.
Agradecer el
abandono y el vacío de todos, sí también agradecer esto porque ahora es el
momento en que se materializa en mi vida lo que dijo Jesús de Nazaret aquel día
en el Gólgota .. Padre ¿ por qué me has abandonado?. Ahora lo entiendo.
Experimentar
la soledad y abandono cómo bien lo expresara mi amado San Juan de la Cruz en su
Noche Oscura. Sentirte tan sólo que ni siquiera el dolor quiere ser tu
compañero. El dolor físico nos prepara, es nuestro entrenador, para dolor del
alma.
Toca siempre
agradecer, agradecer todo a aquel que lo es TODO. Aceptar con agrado y no
apagar nunca la sonrisa del rostro porque, aún atravesando esta experiencia,
puede la sonrisa hacer bien al hermano.
Sentirme nada
porque eso mismo es lo que quiero ser NADA, porque en llegando yo a ser nada es
cuando empiezo a SER.
Lo sublime
viene después de llegar a no ser yo. La maravillosa luz viene después que fue
disipada la tiniebla.
La nueva
canción que renueva viene después que callaron los estruendosos ruidos.
El SER, mi
REAL SER se manifiesta en mí cuando yo comienzo a no ser.
En cesando mi alegría, comienza la ALEGRÍA.
En cesando
mi opacidad comienza LA LUZ a alumbrar.
En cesando
mis ruidos, comienza a sonar la GRAN MELODIA DE DIOS.
Agradezco desde
lo más hondo a DIOS toda aquella
experiencia que me lleve a, dejando de ser yo, fundirme en su SER.
purificación garcía
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