No sé cómo pedirte, no me atrevo a suplicarte, porque creo, mi Señor, que aún no te doy lo suficiente.
Me da vergüenza pedir a quel que dió incluso su vida, ¿ cómo puedo atreverme a mirarte a los ojos, Jesús?
A veces mi cabeza piensa y miy dentro se repite una y otra vez: ¡ pide a Jesús que riegue los campos! pide a Jesús que su amor empape los corazones resecos de los hombres. Pero Jesús Tú sabes lo que yo deseo, pero también sabes lo que debo obtener. Por eso, no me atrevo a pedirte nada sino que se cumpla en mí tu voluntad. Mi corazón no desea otra cosa sino que el mundo entero te ame Señor, sabes que yo te adoro, que el mundo te ame a tí Señor, siempre a tí. Porque, si la lluvia moja y empapa los campos, si los embalses rebosan de agua y el corazon humano sigue reseco de tí ¿ para qué la lluvia?. Al fin y al cabo la lluvia sólo favorece el bien material ¿ y el espiritual?.
Una sola cosa te pido Jesús : Amor para todos los hombres, Amor que haga florecer los corazones.
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