Eres importante amigo sacerdote
Cuando estés cansado, mi querido sacerdote, piensa que muchos necesitamos tus brazos.
Cuando no te dé el alma para mirar dentro muy dentro, piensa que muchos necesitamos mirar por tus ojos. Cuando, querido sacerdote, todo parezca haberse perdido siente el palpitar de las almas que te necesitan para encontrarse. cuando, amado sacerdote, te sientas desfallecer, escucha las muchas personas que necesitan tu aliento para volver a caminar. No te hundas en el hastío, en el cansancio, en la desesperanza... mírate muy dentro... hasta llegar al otro, hasta llegar a mí y una vez allí dame tu mano, dame tu aliento, dame tu amor, sí tu amor, aquel que has tomado del Cristo, y permíteme caminar contigo.
Purificación García
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