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miércoles, 24 de abril de 2013

TODOS SOMO TODOS...TODOS SOMOS UNO


 

Querida, venerada y amadísima Virgen de la Encarnación patrona de mi pueblo:

En primer lugar te pido perdón por que he estado mucho tiempo, meses, sin ir a verte. Sé que tú conoces muy bien el por qué. Estos meses de frio grande y de sobreabundante lluvia, esos días tan cortos en luz y tan remecidos en oscuridad y noche y esta persona tan crecida en años que ya comienza a decrecer, estas piernas que si no tienen punto de apoyo no pueden caminar y cuando las piernas están para aguantar mi peso  son los pulmones los que me van diciendo: despacio…despacio,  camina  despacio y sin gran esfuerzo.

En fin Virgen de la Encarnación, madre mía, madre nuestra, sé que el sábado de cada semana es tu día, el día de María así lo sabe y lo celebra todo el mundo católico pero, ya sabes, estos meses no he podido ir a tu casa, a tu templo de mi pueblo de Peal.

Gracias madre mía porque por fin llegó el buen tiempo, el tiempo de la luz, el tiempo de los cielos claros y de la gente en la calle y yo, con sumo cuidado o cogida al brazo de alguien, puedo asomarme a verte a tu templo. Qué bella está tu imagen, tan cuidada, tan adornada con las flores que sólo para ti sembró el CREADOR en los magníficos campos de esta tierra en la que vivimos. Todo fue porque el CREADOR quiso que fuera.  Pero para venir ÉL MISMO, DIOS CON NOSOTROS, a encarnarse necesitó un SI, tu Sí, Virgen de la Encarnación.

Querida madre mía y virgen de la Encarnación quiero darte las gracias por todos los favores que me haces intercediendo  entre tu Hijo  JESÚS y nosotros  que también somos tu hijos  aún sin merecerlo.

Pero de nuevo te pido perdón porque de nuevo no podré verte en tu día sábado, día de María, de la Virgen de la Encarnación, en tu templo de mi pueblo de peal. Te llevan Madre mía, te llevan a tu ermita que para ti hicieron, estarás allí hasta casi octubre y allí celebrarán la misa del sábado y Tú bien sabes que ese lugar está lejos que hay que vencer una cuesta pronunciada y mis pies y mi respiración no aguantan. Perdóname si ya no te veo hasta octubre pero sabes que esta vez es por causas de otra naturaleza.

Sé que en coche se llega muy pronto pero, Virgen de la Encarnación, Tú sabes que yo no tengo coche ni edad para tenerlo.
Perdóname Virgen de la Encarnación si te canso con mis cosas, pero sé que tú quieres escucharme y como desde muy pronto el día de María, es decir, el sábado no tendremos Eucaristía aquí en tu parroquia creo que comprenderás que quiera abrir mi corazón a ti. Quizá ya debería estar acostumbrada a esto porque hace ya, muy pocos, años que se hace y no sé ni siquiera si esto está escrito en ese libro que algunos le llaman estatutos, el caso es que sea como sea durante varios meses a ti Madre de la Encarnación y Madre mía, te alejan de nosotros los ancianos, los enfermos, los que no tenemos medios de transporte, es decir de todos aquellos a los que tu Hijo más quiere.
Qué triste….que triste…. Recuerdo tus palabras en las bodas….HACED  LO QUE ÉL OS DIGA…
Esas palabras resuenan en mi interior así que lo haré…haré lo que tu Hijo nos diga que muy pocas veces coincide con lo que nos dicen los hombres.

Purificación García.

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