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jueves, 29 de agosto de 2013

El poder de una chispa...








Llamo en tu puerta, mi nombre es dinero, llamo en la puerta de tu interior me abres y sin embargo no puedo pasar todo tu interior está ocupado, repleto y yo no puedo pasar.





Ahora llamo yo, mi nombre es poder, me abres la puerta y yo que, puedo ser resbaladizo, pretendo entrar pero hay algo que me desplaza hacia afuera no me deja pasar.

  


Ahora lo intento yo, mi nombre es fama, y como vengo con mucha fuerza intento derribar la puerta de tu interior y quedarme allí muy dentro de ti  pero algo o alguien, que vive dentro, es demasiado grande o fuerte  y me impide la entrada, es como si la puerta estuviera atascada. 

 

Nos dijimos, reunámonos los tres, yo el dinero, yo el poder y yo la fama, juntémonos tanto que nuestra fuerza se multiplique y así podamos entrar en el interior y vivir allí eternamente. Así que fusionémonos los tres. Lo hicimos pero no pudimos entrar ¿qué fuerza será esa que nos impide el paso? Alguien inmensamente grande debe ser.

Y , deteniéndonos a mirar nosotros tres dinero, poder y fama, personajes imprescindibles en el mundo de hoy, vimos allí, a lo lejos, una minúscula chispa que se movía ágil por todo el espacio interior.

Oye, tú, ¿quién eres? ¿ cómo te llamas? ¿ qué eres y de qué te alimentas que siendo tan pequeña no tenemos fuerza para derribar tu puerta?

Ya veis soy muy pequeña, soy una chispa, me llamo divinidad, y me alimento de ése que me da nombre, de lo Divinal, de Dios, porque es bien sabido donde vive una sola chispa de Dios no hay espacio para entidades tan bastas, espesas, inarmónicas y negras como vosotras, yo no hago esfuerzo es que todo está repleto de Dios del cual yo soy sólo  una chispa, una chispa que lo llena todo.
 
        
                    
 
 Purificación García.
Peal de Becerro
 
 

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