Llamo en tu puerta, mi nombre es dinero, llamo en la puerta de tu interior me abres y sin embargo no puedo pasar todo tu interior está ocupado, repleto y yo no puedo pasar.
Ahora llamo yo, mi nombre es poder, me abres la puerta y
yo que, puedo ser resbaladizo, pretendo entrar pero hay algo que me desplaza hacia
afuera no me deja pasar.
Ahora lo intento yo, mi nombre es fama, y como vengo con
mucha fuerza intento derribar la puerta de tu interior y quedarme allí muy
dentro de ti pero algo o alguien, que vive dentro, es demasiado
grande o fuerte y me impide la entrada, es como si la puerta estuviera
atascada.
Nos dijimos, reunámonos los tres, yo el dinero, yo el poder y yo la
fama, juntémonos tanto que nuestra fuerza se multiplique y así podamos entrar en
el interior y vivir allí eternamente. Así que fusionémonos los tres. Lo hicimos
pero no pudimos entrar ¿qué fuerza será esa que nos impide el paso? Alguien
inmensamente grande debe ser.
Y , deteniéndonos a mirar nosotros tres dinero, poder y fama, personajes imprescindibles en el mundo de hoy, vimos allí, a lo lejos, una minúscula chispa que
se movía ágil por todo el espacio interior.
Oye, tú, ¿quién eres? ¿ cómo te llamas? ¿ qué eres y de
qué te alimentas que siendo tan pequeña no tenemos fuerza para derribar tu
puerta?
Ya veis soy muy pequeña, soy una chispa, me llamo divinidad,
y me alimento de ése que me da nombre, de lo Divinal, de Dios, porque es bien
sabido donde vive una sola chispa de Dios no hay espacio para entidades tan
bastas, espesas, inarmónicas y negras como vosotras, yo no hago esfuerzo es que
todo está repleto de Dios del cual yo soy sólo
una chispa, una chispa que lo llena todo.
Purificación García.
Peal de Becerro
Peal de Becerro
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