CIUDAD... SAL … LUZ
Sus últimas palabras aún resonaban en
mi interior.
Dichoso, feliz, bienaventurado, ya
habían desaparecido de mi mente borradas por el eco de la montaña que repetía
esa bienaventuranza final de su Sermón: ..
“…serás calumniado”
“…serás perseguido”
“… serás insultado”.
Aunque fuera por su causa …. Me
irritaba pensar que sería calumniado.
Aunque fuera por su causa…. Sentía
miedo pensar que sería perseguido, acorralado, tal vez muerto.
Aunque fuera por su causa…¡ para mí
eran palabras muy duras!
No hacía frio, pero tirité…. Y tragué
saliva.
Levanté mis ojos tímidamente, con
disimulo, para ver si ÉL había notado mi escalofrío, mi preocupación, mi miedo…
….
Y me encontré con su mirada,
….
Y con su sonrisa
….
Y con sus palabras que rompieron el silencio incómodo que se había producido.
Fue entonces cuando me piropeó.
Fue entonces cuando me dijo que una CIUDAD se edificaba para acoger, dar cobijo, proteger.
… que por eso se construían en alto,
para que la vieran fácilmente los que acudían a refugiarse en ella aunque
también la vieran los enemigos.
… que no me escondiera porque estaba
hecho para acoger, proteger, dar seguridad a los que acudieran a mí en busca de
ayuda y refugio.
Fue entonces cuando me dijo que la
SAL servía para sazonar, para condimentar, para sentir gusto por las cosas,
para preservar de la corrupción.
… que si se guarda y guarda, el
guardarla tanto le roba su frescor, se llena de humedad y pierde su valor.
… que no me reservara, porque estaba
hecho para alegrar, condimentar, hacer sentir a los demás gusto por la vida,
por las cosas, por el mundo.
Fue entonces cuando me dijo que la
LUZ iluminaba, servía de guía, despertaba, daba vida.
Que si se la mira y mira, el mirarla
tanto ciega, deslumbra.
… que a pesar de todo la vela
encendida no se mete debajo del celemín.
… que no buscara que me mirasen y se
admirasen.
… que buscara únicamente iluminar,
engendrar vida y esperanza a mi alrededor.
Fue entonces cuando también me dijo
que desde ahora en adelante ya todo dependería de mí:
Cobijar
o tender celada,
Sazonar
o enmohecer,
Iluminar
o cegar…
Fue entonces cuando me sentí
piropeado. Todo mi ser parecía fuego de su fuego. Ya no notaba escalofrío, ni
preocupación, ni miedo, ni vergüenza, ni ser calumniado, perseguido, insultado…
Y no era el eco de la montaña quien
lo repetía, sino que brotaba a borbotones desde dentro de mí.
Dichoso,
bienaventurado, feliz”
Proteger,
sazonar, iluminar!!
Cobijar,
condimentar, guiar!!!
Defender,
dar gusto, no deslumbrar!!!!
Ayuda,
refugio, vida ….
CIUDAD, SAL,
LUZ.!!!!!!!!!!!!!
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