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sábado, 11 de junio de 2016

CONSTRUYENDO EL ARCA


6:12 Dios miró a la tierra, y he aquí que estaba viciada, porque toda carne tenía una conducta viciosa sobre la tierra.
6:13 Dijo, pues, Dios a Noé: "He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra.


                        
 ¿Cuántos milenios hace que ocurrió esto? Porque, digan lo que digan los animales intelectuales de esta generación, todo esto ocurrió. Y cada vez hay más evidencias, gracias a nuevos descubrimientos, que avalan los escritos de la Biblia aún habiendo gastado cantidad de años y dineros en hacer propuestas a las sociedades modernas de la irrealidad de esos acontecimientos antaño ocurridos.
Miro la sociedad actual y no veo diferencia alguna de aquella que describe la parte del Génesis arriba reflejada.
Como siempre, sé que Dios esperará hasta el último instante con su Sagrado Corazón repleto de Amor y de Misericordia, a que el hombre torne su mirada a ÉL. 


Creo que Él quiere que vayamos construyendo nuestra arca. ¡Como Noé, Sí!

Noé, como narra la sagrada escritura, siguiendo las instrucciones del mismo Dios, la construyó con medidas específicas y de maderas resinosas para albergar en ella a un pequeño resto que no quiso vivir sin Dios. El resto de la humanidad sucumbió bajo las aguas.

Y ¿cómo construiremos el arca hoy? Muchos ya la estamos construyendo desde hace mucho tiempo. Pero el arca de estos tiempos no es de madera, no es gigantesca, de todas formas en esta sociedad enloquecida e hipócrita no podrías talar un árbol para construir nada porque podría costarte la vida misma. En esta suciedad, perdón, sociedad si talas un árbol para nutrirte con él te puede costar la vida, si arrancas unas matas de manzanilla en una sierra para quitarte el malestar intestinal te puede costar unos años de cárcel, si matas un lagarto para comerlo te pasean por la sociedad como el ogro del cuento. Eso sí, puedes matar a los niños antes de que nazcan no vaya a ser que si lo dejas para después se te rebelen y te agredan ellos a ti. Nunca se sabe en esta sociedad quien puede nacer o no, ya se encarga el estado de pagar la factura a las clínicas abortista, factura pagada con los impuestos de todos los que estamos totalmente en contra de este asesinato.
Bien, continuemos construyendo el arca. Los que no queremos vivir la vida sin Dios, los que sabemos que el Evangelio es la auténtica constitución para la armónica convivencia entre todos los seres, incluidos los vegetales y animales, los que aceptamos las Bienaventuranzas como el mejor plan de vida, los que vivimos o queremos vivir así esta existencia ya nos estamos construyendo el arca.   

Esa es el arca de nuestro tiempo: vivir como Cristo nos enseñó. Este arca no es visible a los ojos físicos del mundo, no puede nadie saber cómo es de grande o de fuerte y tampoco importa que sea o no percibida por los demás. Lo real y maravilloso es que en esta tu arca te puedes refugiar en los días aciagos, en ella te puedes alimentar en tiempo de hambruna y en ella puedes descansar en tiempos de persecución. También te vale de refugio cuando aprieta afuera el frio que hiela hasta los sentimiento más primigenios del hombre o el excesivo calor que parece incinerar lo más bello de cada ser, el sentimiento de pertenencia a Dios.

No estás nunca sólo en ese arca, tu arca, porque el mismo Dios te conecta con otros muchos planos en los que los parámetros físicos dejan de tener protagonismo.





¿construirás la tuya?

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