Señor y Dios nuestro,
qué bellas haces todas las cosas, qué sublimes los momentos. Caminando a tu
lado qué llevadero se hace el camino. Nosotros somos los padres de estos niños
y niñas, sí, los mismos que, siempre con tu ayuda , les hemos acompañado en sus vidas desde aquél
mismo momento en que Tú, Señor, los hiciste tuyos. Sí, aquel momento en el que recibieron Tu
Bautismo. Mira, Señor, ¿Recuerdas qué pequeños eran? Y sin embargo ya eran
tuyos. Los hemos ido acompañando en su crecimiento físico, psicológico,
espiritual. Pero ahora te toca a ti Señor. Su alma está teñida de tu amor. Y
necesitan alimento espiritual que sólo Tú, les puedes dar. Por eso Señor aquí
están, preparados para recibirte en la Eucaristía. Ellos van a ser alimentados
por ti mismo. Las células vivificantes de tu ser a través del regalo Eucarístico que has depositado en tu Iglesia
van a ser su alimento espiritual. Te pedimos que este alimento despierte en
ellos el amor a Cristo avivando en su alma el oído espiritual para que sean capaces de percibir la belleza y la armonía hasta llegar a descubrir lo hondo y lo profundo de Dios.
Somos los padres
y nos reconocemos limitados,
imperfectos, a veces inconstantes…en fin.. Señor y tantas cosas que Tú ya
sabes. Pero queremos sinceramente comprometernos, te pedimos tu fuerza para
cuando flaquee la nuestra, te pedimos tu amor para acompañarlos, con sincero
corazón, momento a momento en este camino. Camino que Tú, Señor, sueles adornar
con instantes realmente plenos, como lo es este que hoy celebramos. Te lo
pedimos a ti y nuestra petición queremos hacértela llegar de la mano de la
Virgen María porque ya sabemos, ocurrió en aquella boda de Caná, que a ella
nunca le niegas nada.
Purificación García
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