Esta es la
hora en la que, en catequesis, hablamos del progreso de la ciencia, del poder
de la comunicación, de la eficacia de las nuevas tecnologías.
Hablamos de
la importancia de los libros. Saber leer y capacitarse para la comprensión y
posterior interpretación de lo leído. Hablamos del espacio que ocuparían todos
los libros que necesitamos leer y comprender para aprender al menos un poco.
Habitaciones enteras llenas de libros, edificios repletos de documentos
impresos. Alguien dice hay que tener mucho sitio en casa para poder tener todo
este arsenal de conocimiento. Siempre ha sido así.
Sí, pero
ahora no, responde el más pequeño con el móvil en la mano. ¿Ahora no?
Entonces
ahora ¿qué?.
Ahora en
esta era tecnológica existe el pendrive, todos tenemos varios en casa y ahí
podemos almacenar miles y miles de libros que puedes llevar en el bolsillo más
pequeño de la camisa o incluso de colgante como llavero.
Eso que
decís el pendrive ¿ha existido siempre? Pregunta la catequista.
NOOOO. Responden
los niños a una sola voz. Esto es un invento de la sociedad moderna.
Los antiguos
escribían con tinta sobre pergamino o papel y luego lo tenían que almacenar para
posteriormente copiarlo y así poder difundirlo.
Hay que ver
qué cosas nos permite Dios inventar. Exclamo yo, la catequista
CATEQUISTA: ¿El
Señor Jesús nos enseñaba utilizando el pendrive?.
CATECÚMENOS:
¡Que va! el Señor ni siquiera lo conocía, en su época esto no existía, Él
enseñaba con ejemplos , con parábolas. Si hubiera tenido conocimiento de este
invento hubiera llegado su enseñanza a todo el mundo en un momento.
CATEQUISTA: Entonces
no hubiera tenido que enviar a sus discípulos, más bien hubiera enviado un
pendrive a cada pueblo. ¿No?.
CATECÚMENOS:
Exacto, responde el chiquitín.
CATEQUISTA: Bueno
precioso, explícame cómo se utiliza ese pequeño gran invento.
CATECÚMENOS:
Verás, primero necesitas un ordenador que contenga toda la información. CATEQUISTA
¿Cómo introduzco toda la información en un ordenador?.
CATECÚMENO: Necesitamos
una red donde las gentes de todo el mundo puedan colocar todo los datos
conocidos, después accedemos a ella a través del nuestro ordenador y por último
la pasamos desde aquí al pendrive previamente conectado a él.
CATEQUISTA: ¡
Ah! Entonces esta memoria portátil, como también la llamáis, por sí sola no
vale nada ¿es así?
CATECÚMENO: Bueno sí pero….. Pero nada.
CATEQUISTA: Entonces
mis amados niños ¿Que opináis de la parábolas con las que nos instruía nuestro
Señor?
CATECÚMENOS:
Pues opinamos que ahora ya no nos valen, han quedado obsoletas y no se aprende
nada con ellas.
CATEQUISTA: Y
si yo os digo que eso que tan moderno os parece, el pendrive, ya lo utilizó el
Padre Dios en el momento de la creación.
CATECÚMENOS:
Pués diríamos que de tanto leer la
biblia y leer libros del Señor se te ha
ido la pinza.
CATEQUISTA: Vamos a ir comparando. Coged vuestro pendrive
que yo cogeré el mío.
Los niños muestran
el superinvento y yo muestro el mío.
CATECÚMENOS:
Eso que estás mostrando no vale.
CATEQUISTA. ¿Por
qué?.
CATECÚMENOS:
Porque eso que tienes en la mano es una semilla.
CATEQUISTA: ¡
Ah! Y esto según vosotros no sirve para nada. CATECÚMENOS: Pues claro que no,
¿qué vas a hacer con una semilla? Bueno podrías echársela a los pájaros.
Pues comencemos
la catequesis.
CATEQUISTA: Pensad
que tenéis en vuestras manos un pendrive que os acabo de regalar yo. Cogerlo,
mirarlo por todos sitios, ¿Sabeis que información contiene?
CATECÚMENOS:
¿Cómo lo vamos a saber si todavía no lo hemos conectado al ordenador.
CATEQUISTA: Pués
yo tampoco sé qué contiene esta semilla porque la he encontrado por la calle. Así
que queridos niños, id anotando:
PRIMERA SEMEJANZA: Tanto vuestro pendrive como el mío
necesitan un lugar donde desarrollar su capacidad.
CATECÚMENOS:
Sí, pero nosotros lo conectamos a nuestro ordenador y ya está. Pero tú, ji,
ji,ji, ¿dónde lo vas a conectar?
CATEQUISTA: Lleváis
razón voy a coger mi computadora. ( la catequista sale de la sala y entra con
un tiesto repleto de buena tierra).
CATECÚMENOS:
Pero ¿Dónde vas con ese macetón? ¿No ibas a traer un computador?
CATEQUISTA: Así
es este es. Vosotros creéis que si pongo la semilla en esta maceta nacerá algo.
CATECÚMENOS:
Claro que sí, nacerá una planta.
CATEQUISTA:
¿Como va a nacer una planta de esto tan pequeño?
CATECÚMENOS:
Porque la semilla tiene dentro el árbol en el cual se va a convertir.
Pues seguid,
anotando.
SEGUNDA SEMEJANZA: Ambos contienen mucha información.
CATECÚMENOS:
Sí pero la semilla en ese macetón, si no la riegas, se muere y no vale para
nada no podremos saber qué información contenía.
CATEQUISTA: Bueno
al vuestro le pasa lo mismo ¿no?
CATECÚMENOS:
Ja, ja, ja, ¿te imaginas que reguemos el ordenador? Lo destruiríamos si hiciésemos
eso. Qué tontería acabas de decir.
La catequista
va y desconecta la red eléctrica.
CATEQUISTA: ¿Qué
le pasa a vuestro ordenador?
CATECÚMENOS:
Pués que necesita la electricidad para funcionar siN ella no podemos hacer
nada, ni leer la información ni nada de nada.
CATEQUISTA:
¿Ah? Es igual que le pasa al mío si no lo riego. Anotad pués.
TERCERA SEMEJANZA: Los dos necesitan de una tercera
fuerza para desarrollarse.
CATECÚMENOS:
Sí, pero nuestro pendrive está repleto
de información que ha sido ofrecida por los científicos más sabios de la
tierra. ¿ y el tuyo? A ver si me lo puedes responder ¿ quién ha puesto la
información en tu semilla?
CATEQUISTA: Esa
es la pregunta más fácil que me han hecho jamás. La información en mi semilla
ha sido depositada por el mismo DIOS. ¿Os parece que Dios es sabio? CATECÚMENOS:
Claro que sí. Pues segud
anotando.
CUARTA SEMEJANZA: la información que contiene ha sido
depositada por alguien, a veces, desconocido.
Los niños se
quedan un poco pensativos, incluso, diría yo que decepcionados al comprobar que
su pendrive no es un invento de la era tecnológica sino mucho más antiguo.
CATEQUISTA: ¿Cuantos
años hace que existe vuestro invento?
CATECÚMENO:A
lo sumo un par de décadas.
CATEQUISTA: Pues
el mío es tan antiguo como la creación misma.
CATEQUISTA: Bueno
que os parece si le ponemos nombre a cada pendrive. Los niños deciden ponerle
cada uno el nombre del autor de la información que contiene el mismo. Una vez
puesto el nombre, los niños me urgen, venga, venga, ponle tú nombre al tuyo.
Yo le
pregunto a ellos teniendo en cuenta todo lo que os he explicado
CATEQUISTA: ¿Cómo debería llamarle? Y el más pequeño me
dice con voz entre cortada por la derrota,
CATECÚMENOS:
LA SEMILLA
QUE TÚ TIENES ES EL PENDRIVE DE DIOS.
CATEQUISTA: Eso
es. Así lo llamaré: PENDRIVE DE DIOS.
El más
intelectual del grupo me interpela….
CATECÚMENO: Espera….
Que te hago una observación. Yo accedo a la información de modo inmediato y tú…
tu tendrás que esperar mucho más tiempo….
CATEQUISTA: Sí
llevas razón… esperaré mucho más tiempo porque no es lo mismo tener información
que tener vida a través de la información. Así que dentro de unos años os
invitaré a mi casa para terminar esta catequesis y podréis comer el fruto que
nos regale el árbol que nazca de esta semilla. Las Cerezas, suponiendo que sea
ese fruto el que nazca de esta semilla, alimentarán a personas y a las aves o
cualquier otro ser que se sienta atraído por ellas. Este alimento nos dará
fuerzas para poder seguir teniendo energía y poder así aprender con el
ordenador y utilizar el pendrive para salvaguardar la información.
CATEQUISTA: Como
siempre el más pequeño dice.
CATECÚMENOS: ES MUCHO
MEJOR UN PENDRIVE QUE DA VIDA Y NOS ALIMENTA QUE UNO QUE SÓLO NOS DA DATOS PARA
NUESTRO CEREBRO.
Purificación Garcia
Purificación Garcia
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