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domingo, 7 de mayo de 2017

PENDRIVE DE DIOS


Esta es la hora en la que, en catequesis, hablamos del progreso de la ciencia, del poder de la comunicación, de la eficacia de las nuevas tecnologías.

Hablamos de la importancia de los libros. Saber leer y capacitarse para la comprensión y posterior interpretación de lo leído. Hablamos del espacio que ocuparían todos los libros que necesitamos leer y comprender para aprender al menos un poco. Habitaciones enteras llenas de libros, edificios repletos de documentos impresos. Alguien dice hay que tener mucho sitio en casa para poder tener todo este arsenal de conocimiento. Siempre ha sido así.
Sí, pero ahora no, responde el más pequeño con el móvil en la mano. ¿Ahora no?
Entonces ahora ¿qué?.
Ahora en esta era tecnológica existe el pendrive, todos tenemos varios en casa y ahí podemos almacenar miles y miles de libros que puedes llevar en el bolsillo más pequeño de la camisa o incluso de colgante como llavero.
Eso que decís el pendrive ¿ha existido siempre? Pregunta la catequista.
 NOOOO.  Responden los niños a una sola voz. Esto es un invento de la sociedad moderna.
Los antiguos escribían con tinta sobre pergamino o papel y luego lo tenían que almacenar para posteriormente copiarlo y así poder difundirlo.
Hay que ver qué cosas nos permite Dios inventar.  Exclamo yo, la catequista
CATEQUISTA: ¿El Señor Jesús nos enseñaba utilizando el pendrive?.
CATECÚMENOS: ¡Que va! el Señor ni siquiera lo conocía, en su época esto no existía, Él enseñaba con ejemplos , con parábolas. Si hubiera tenido conocimiento de este invento hubiera llegado su enseñanza a todo el mundo en un momento.
CATEQUISTA: Entonces no hubiera tenido que enviar a sus discípulos, más bien hubiera enviado un pendrive a cada pueblo. ¿No?.
CATECÚMENOS: Exacto,  responde el chiquitín.
CATEQUISTA: Bueno precioso, explícame cómo se utiliza ese pequeño gran invento.
CATECÚMENOS: Verás, primero necesitas un ordenador que contenga toda la información. CATEQUISTA ¿Cómo introduzco toda la información en un ordenador?.
CATECÚMENO: Necesitamos una red donde las gentes de todo el mundo puedan colocar todo los datos conocidos, después accedemos a ella a través del nuestro ordenador y por último la pasamos desde aquí al pendrive previamente conectado a él.
CATEQUISTA: ¡ Ah! Entonces esta memoria portátil, como también la llamáis, por sí sola no vale nada ¿es así?
CATECÚMENO:  Bueno sí pero….. Pero nada.
CATEQUISTA: Entonces mis amados niños ¿Que opináis de la parábolas con las que nos instruía nuestro Señor?
CATECÚMENOS: Pues opinamos que ahora ya no nos valen, han quedado obsoletas y no se aprende nada con ellas.
CATEQUISTA: Y si yo os digo que eso que tan moderno os parece, el pendrive, ya lo utilizó el Padre Dios en el momento de la creación.
CATECÚMENOS:  Pués diríamos que de tanto leer la biblia y leer libros del Señor  se te ha ido la pinza.  
CATEQUISTA:  Vamos a ir comparando. Coged vuestro pendrive que yo cogeré el mío.
Los niños muestran el superinvento y  yo muestro el mío.
CATECÚMENOS: Eso que estás mostrando no vale.
CATEQUISTA. ¿Por qué?.
CATECÚMENOS: Porque eso que tienes en la mano es una semilla.
CATEQUISTA: ¡ Ah! Y esto según vosotros no sirve para nada. CATECÚMENOS: Pues claro que no, ¿qué vas a hacer con una semilla? Bueno podrías echársela a los pájaros.
Pues comencemos la catequesis.
CATEQUISTA: Pensad que tenéis en vuestras manos un pendrive que os acabo de regalar yo. Cogerlo, mirarlo por todos sitios, ¿Sabeis que información  contiene?
CATECÚMENOS: ¿Cómo lo vamos a saber si todavía no lo hemos conectado al ordenador.
CATEQUISTA: Pués yo tampoco sé qué contiene esta semilla porque la he encontrado por la calle. Así que queridos niños, id anotando:
PRIMERA SEMEJANZA: Tanto vuestro pendrive como el mío necesitan un lugar donde desarrollar su capacidad.
CATECÚMENOS: Sí, pero nosotros lo conectamos a nuestro ordenador y ya está. Pero tú, ji, ji,ji, ¿dónde lo vas a conectar?
CATEQUISTA: Lleváis razón voy a coger mi computadora. ( la catequista sale de la sala y entra con un tiesto repleto de buena tierra).
CATECÚMENOS: Pero ¿Dónde vas con ese macetón? ¿No ibas a traer un computador?
CATEQUISTA: Así es este es. Vosotros creéis que si pongo la semilla en esta maceta nacerá algo.
CATECÚMENOS: Claro que sí, nacerá una planta.
CATEQUISTA: ¿Como va a nacer una planta de esto tan pequeño?
CATECÚMENOS: Porque la semilla tiene dentro el árbol en el cual se va a convertir.
Pues seguid, anotando.
SEGUNDA SEMEJANZA: Ambos contienen mucha información.
CATECÚMENOS: Sí pero la semilla en ese macetón, si no la riegas, se muere y no vale para nada no podremos saber qué información contenía.
CATEQUISTA: Bueno al vuestro le pasa lo mismo ¿no?
CATECÚMENOS: Ja, ja, ja, ¿te imaginas que reguemos el ordenador? Lo destruiríamos si hiciésemos eso. Qué tontería acabas de decir.
La catequista va y desconecta la red eléctrica.
CATEQUISTA: ¿Qué le pasa a vuestro ordenador?
CATECÚMENOS: Pués que necesita la electricidad para funcionar siN ella no podemos hacer nada, ni leer la información ni nada de nada.
CATEQUISTA: ¿Ah? Es igual que le pasa al mío si no lo riego. Anotad pués.
TERCERA SEMEJANZA: Los dos necesitan de una tercera fuerza para desarrollarse.
CATECÚMENOS: Sí, pero nuestro pendrive  está repleto de información que ha sido ofrecida por los científicos más sabios de la tierra. ¿ y el tuyo? A ver si me lo puedes responder ¿ quién ha puesto la información en tu semilla?
CATEQUISTA: Esa es la pregunta más fácil que me han hecho jamás. La información en mi semilla ha sido depositada por el mismo DIOS. ¿Os parece que Dios es sabio? CATECÚMENOS: Claro que sí.  Pues segud anotando.
CUARTA SEMEJANZA: la información que contiene ha sido depositada por alguien, a veces, desconocido.
Los niños se quedan un poco pensativos, incluso, diría yo que decepcionados al comprobar que su pendrive no es un invento de la era tecnológica sino mucho más antiguo.
CATEQUISTA: ¿Cuantos años hace que existe vuestro invento?
CATECÚMENO:A lo sumo un par de décadas.
CATEQUISTA: Pues el mío es tan antiguo como la creación misma.
CATEQUISTA: Bueno que os parece si le ponemos nombre a cada pendrive. Los niños deciden ponerle cada uno el nombre del autor de la información que contiene el mismo. Una vez puesto el nombre, los niños me urgen, venga, venga, ponle tú nombre al tuyo.
Yo le pregunto a ellos teniendo en cuenta todo lo que os he explicado
CATEQUISTA:  ¿Cómo debería llamarle? Y el más pequeño me dice con voz entre cortada por la derrota,
CATECÚMENOS: LA SEMILLA QUE TÚ TIENES ES EL PENDRIVE DE DIOS.
CATEQUISTA: Eso es. Así lo llamaré: PENDRIVE DE DIOS.
El más intelectual del grupo me interpela….
CATECÚMENO: Espera…. Que te hago una observación. Yo accedo a la información de modo inmediato y tú… tu tendrás que esperar mucho más tiempo….
CATEQUISTA: Sí llevas razón… esperaré mucho más tiempo porque no es lo mismo tener información que tener vida a través de la información. Así que dentro de unos años os invitaré a mi casa para terminar esta catequesis y podréis comer el fruto que nos regale el árbol que nazca de esta semilla. Las Cerezas, suponiendo que sea ese fruto el que nazca de esta semilla, alimentarán a personas y a las aves o cualquier otro ser que se sienta atraído por ellas. Este alimento nos dará fuerzas para poder seguir teniendo energía y poder así aprender con el ordenador y utilizar el pendrive para salvaguardar la información.
CATEQUISTA: Como siempre el más pequeño dice.
CATECÚMENOS: ES MUCHO MEJOR UN PENDRIVE QUE DA VIDA Y NOS ALIMENTA QUE UNO QUE SÓLO NOS DA DATOS PARA NUESTRO CEREBRO.

Purificación Garcia

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