En la Eucaristía, celebración genuinamente cristiana que es imagen viva y vivificante del Amor de Cristo a los hombres de todos los tiempos, dejémonos imbuir, aquí y ahora, de ese momento que dio origen al nuevo latido del Universo.
El sacerdote actuando In Persona Christi actualiza aquel INSTANTE DE AMOR DIVINO, siendo imagen nítida y viva de Aquel que nos amó más, de Aquel que nos amó mejor.
Trabajemos pues hermanos con denodado esfuerzo para ser imagen, no velada, de aquel que nos amó hasta el extremo. Así podremos transmitir el mensaje con claridad y eficacia como lo han hecho los profetas de todos los tiempos.
Y, actuando así, lleguemos hasta el anhelado momento en el cual los catequizandos y todos aquellos a los que Dios haya tenido a bien hacer pasar por nuestra vida, mirándonos en lo profundo, nos urjan con firme convicción:
¡ QUEREMOS VER A JESÚS!
Purificación García
No hay comentarios:
Publicar un comentario