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lunes, 26 de marzo de 2018

HASTA LUEGO... PEQUEÑO GABRIEL....



Pequeño Gabriel ya ha pasado tiempo prudencial desde que te escribí la última carta y no quería dejarte así, sin decirte…Hasta luego, precioso Gabriel.
Sé que estás en un bonito lugar donde no hay densidades oscuras, un lugar de luz que ha recibido con gran alegría tu brillo, Gabriel.
Quiero también, bueno no es que lo quiera es que siento que es obligatorio, darte las gracias por presentarme a tu madre, que amplitud de corazón tiene esa madre tuya y por ella puedo hacerme una imagen más completa de cómo eres tú.
Tu madre, esa que ha quedado aquí en este mundo, con su corazón desgarrado por el dolor de tu trágica pérdida, nos está invitando a todos a la paz, a no odiar. ¡Qué lección para todos!
Ella, tu madre, ha arrebatado y destruido con sus palabras y su actitud, la justificación de muchos que alimentan el deseo de odio o venganza y ha hecho que se evapore del corazón, de los que hemos vivido este tiempo de búsqueda, toda clase de energía negativa  contraria a Dios.
Sí, Gabriel , tu madre ha cambiado la dirección de los que te han buscado, que han sido muchos; unos lo han hecho yendo al lugar donde despareciste y otros te hemos buscado de corazón a corazón desde la distancia, pero tu madre ha cambiado la dirección para que todo este proceso acabe en Amor y tierno recuerdo de un niño de alma preciosa, tú bello Gabriel.
Si tu madre ha dicho: ¡No odiéis! ¿Quiénes somos los demás, quiénes somos todas esas personas que no te dimos a luz, para justificar el odio, el racismo o la discriminación cuando aquella que te dio la vida pide Amor y Paz ?
Si alguien, obvia la petición de tus padres y quiere seguir odiando, muchos y yo también, sabremos que no es en tu nombre pequeño Gabriel.
Has estado poco tiempo en esta dimensión, en este mundo, pero he de decirte precioso Gabriel que Dios te regaló una madre que te enseñó a amar y ahora lucha para que, al menos en tu nombre, no odiemos los demás.
Y ahora en el cielo tienes una madre muy superior, porque estás junto a MARÍA, la MADRE de NUESTRO SEÑOR y madre de todos los que le han dicho SÍ.
Verás pequeño Gabriel, ahora en estos días, celebramos aquí abajo la Pasión, Muerte y Resurrección de JESUCRISTO y María comprende mejor que nadie el sufrimiento de la pérdida de un hijo porque ella perdió al suyo, su único Hijo.
Acércate Gabriel… quiero decirte algo al oído… ¿Sabes quién le anunció a María que iba a tener un hijo que iba a ser DIOS CON NOSOTROS?... se lo anunció un Ángel, del cual tú llevas el nombre, el Arcángel Gabriel.
Sí pequeño Gabriel, la Virgen María sufrió en su corazón, en su alma, en todo su ser el hondo dolor de ver cómo maltrataban a su Hijo, como lo crucificaban hasta darle muerte NO HAY MAYOR DOLOR.
Eso tuvo que ocurrir para que la humanidad comprendiera que la muerte no es el final, que la RESURRECCIÓN es el culmen. NO HAY MAYOR AMOR que aquel que nos regaló JESUSCRISTO.
Te veo de la mano de la Virgen María, en el lugar de la armonía, en el lugar de la Luz y de la Paz.
Allí eres feliz, allí ya escuchas la nueva canción, esa música que penetra en los cimientos del ser y que hace que vueles, cual etéreo colibrí, entre los espacios y las líneas de ese Divino pentagrama que lleva impreso una melodía: LA MELODÍA DE DIOS.
Y, esperando verte pronto, te digo: …hasta luego pequeño y precioso Gabriel…





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