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martes, 14 de mayo de 2019

DIOS NUNCA FRACASA.

Un grano de trigo puesto en la tierra, muere. Al poco tiempo, de él, surge una nueva planta de trigo con varias espigas y muchos granos cada espiga. Si se obvia lo segundo si no alcanza la vista para admirar la nueva creación nacida del diminuto grano muerto, podríamos entonces asegurar que la muerte del grano ha sido el fracaso del sembrador.

Pero si no se quiere ver la nueva cosecha, la nueva creación ¿el sembrador laborará la tierra? ¿para qué? ¿para hacer una sepultura que albergue sólo putrefacción y muerte ? no creo que ningún sembrador adoptará este nombre sólo para excavar tumbas en la tierra para eso hay enterradores.

El sembrador labora y siembra con la firme esperanza de cosechar multiplicando por mucho, el ciento por uno, la semilla primera.

Menos aún podemos decir que la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, expresado en el viacrucis, es el fracaso de Dios. Era necesario que e Mesías padeciera. No podemos mencionar Pasión y Muerte de Cristo sin hablar de Resurrección. Y Dios,  que nos conoce más que nosotros mismos, sólo dejó pasar tres días para que todo el mundo pudiera hacerle el seguimiento al fatal momento de la muerte en cruz. Su cuerpo, herido y cubierto de sangre consecuencia del odio de los hombres, Resucitó cubierto de Luz esplendente. LA RESURRECCIÓN ES EL TRIUNFO DE DIOS SOBRE EL FRACASO DE LA MUERTE.

Partiendo  de la raíz extendamos nuestra vista hasta la magnífica flor que ha sido posible gracias a aquel que, no escatimando esfuerzos, quiso ahondarla en la tierra.

DIOS NO CONOCE EL FRACASO.

DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE TODO.

A ÉL GLORIA  Y ALABANZA POR LOS SIGLOS.



Purificación García.

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