Visitas


domingo, 25 de noviembre de 2012

Paseo por el interior.





UN PASEO POR EL INTERIOR

  

 

 





Cuando me acerco  a ti, mi Cristo amado, me atraes con tal intensidad y mi alma late tan fuerte... tan fuerte... que parece que mi ser entero va a estallar.
 
Entonces... en silencio... todo a mi alrededor enmudece...y por un instante escucho el latido de la tierra; un latido que desde muy dentro pide a voz en grito la frescura de tu Amor para apagar sus entrañas incandescentes.


 
Continúo escuchando y de nuevo vuelve ese enorme latido; buceo hacia adentro y, siguiéndolo, paso por un lugar sembrado de personas que hablan y hablan sin parar pero no se escuchan entre ellos, pronuncian palabras que suenan vacías y siguen y siguen hablando, pero no concluyen en nada, hablan todos a la vez, nadie escucha. Parece un mundo de locos. Yo extrañada quedo en silencio y entre tanta verborrea escucho el latido, leve, pero le presto atención y cada vez lo oigo más fuerte. El latido quiere que yo encuentre su raíz y así continúo buceando dentro de mí.


 
He llegado a otro lugar y allí hay personajes que hablan y  se escuchan. Uno habla y los demás callan. Concluyen diciendo cosas aparentemente bellas pero no terminan nunca de decir  y nunca ponen nada en práctica. Yo vuelvo a callar y vuelvo a escuchar el latido, aún más adentro, aún más profundo, y dejo ese lugar y sigo buceando ni siquiera sé a donde llegaré.
  
De repente me encuentro en otro lugar,  y ¿qué hay aquí? Hay gente que reza, parecen santos, pero en sus rezos no hay sencillez, no hay amor, recitan oraciones bellas pero qué vacías están. Estos descubren que yo estoy allí y me invitan a quedarme, pero mi desconfianza es grande porque no hay en ellos sencillez, y mientras pienso en acompañarles un rato, vuelvo a escuchar el latido más fuerte que nunca, es como un estruendo que me atrae hacia  sí, como si no quisiera él que yo me quedara en ese lugar de rezos vacíos.


    
Buceo de nuevo más al interior y veo gente sucia, dicen palabras sucias, sus obras también son sucias comprendo que aquí haya poca gente sólo veo a siete pero es como si cada uno fueran muchos y me dan auténtico terror, quiero salir de allí no sé como enfrentarme a ellos, el miedo me paraliza y el latido me llama y me ayuda a salir. Gracias gran latido. Sigo buceando en pos de tí.
 
Y ahora ¿dónde estoy? pero qué bello lugar hay ahora ante mí, un paisaje todo verde, plantas, flores y niños muchos niños que juegan con inocencia y yo me entretengo con ellos jugando un rato y soy feliz y estoy en paz aquí, pero de pronto veo aislado un pequeñin que distante de allí llora, le pregunto ¿qué te pasa? ¿Cómo te llamas? , ¿Quien eres? Y, este niño, a todo me responde: ¡No lo sé! .Apenas sin dejarme acabar,  el latido me vuelve a llamar, es ahora un estruendo. Al parecer  me estoy acercando realmente a la raíz.
 
 Y ¿Dónde estoy ahora? No sé no reconozco este lugar, no sabía que existía, es un paisaje con cielo azul, mar inquieto, sol radiante pero no hay sonido, todo todo parece ser mudo no hay nadie allí, no hay gente, ¿quién devoró el sonido?, ¿dónde está el viento que silva al moverse? No está, sencillamente ¡No está! Pero sigo oyendo el latido y sigo su rastro.
 
 Y ahora ¿a dónde he llegado? Es todo al revés, se escucha el sonido, sonido de instrumentos de viento que dan un poco de escalofrío y luego se continúa con música de cuerda pero aunque el sonido, a veces llega a ser bello, la oscuridad es tan negra que algo me urge a salir de allí. Sin luz ¿cómo voy a moverme?. Estoy realmente incómoda y quiero irme de aquí.
 
Continué  tras el latido llegué a ... Oh Dios, ¿ pero?...¿cómo? Noto mi ser deshacerse ante tanta belleza, ¡Qué sublime oh Dios! ¡Cuán grande eres!. Aquí, Señor, construiría con gusto mi tienda. Perdona Dios mío que me atreva a preguntarte: ¿Qué son todos esos lugares por los que he pasado hasta llegar aquí? ¡Me han retrasado tanto el viaje hasta llegar aquí ¡Maravilla de maravillas!
Y Dios me responde:
Todos esos lugares. Todas esas gentes. Todas esas situaciones  eres tú. Todo eso debes disolver sólo con mi amor, para que, así una vez disuelto, te asomes a la ventana de tu ser y puedas verme directamente, sin estorbos, sin obstáculos, para que nunca más te dé miedo emprender el viaje, para que nunca más el error te aleje de mí, para que puedas verme cuando quieras y llenarte de mi oxigeno capaz de dar vida a la propia muerte. Así algún día seré todo en ti. Seré yo, Dios, todo en ti. Seré yo, Dios, todo en todo, todo en todos, seré con la totalidad verdadera UNIDAD.
 
 

Purificación Garcia

Peal de Becerro

No hay comentarios:

Publicar un comentario