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sábado, 24 de noviembre de 2012

A los Sacerdotes


 

  

Que tu Espíritu, Señor, guíe mis pensamientos , dirija mis palabras.

 
Todos los bautizados en Cristo, por el hecho de estarlo participamos del sacerdocio común que sólo proviene de Él, del Cristo. Sé que hoy se trata de reflexionar sobre el sacerdocio ministerial, aún así, mi reflexión irá para todos y cada uno de nosotros. Ya que primero se es sacerdote común, luego si así Dios lo estima conveniente, vendrá el ministerio.

 
Mi querido sacerdote: 

Espero que esta carta  sea acogida por ti con el mismo sentimiento con el que está escrita, el Amor a Cristo, a la proclamación de su Palabra y a la Iglesia de Cristo que es la nuestra, la Católica..

Sabemos cómo empezó todo... ¿ en Galilea ?....Qué importa , el límite geográfico

lo único que hace es empequeñecer la Gran Obra, porque todo empezó en Dios y desde Dios, todo empezó por el Amor de Dios. 

Cuántas veces, siendo muy jóvenes,  hemos pensado , hemos soñado en el tiempo de Jesús y nos hemos dicho: ¡ Yo no hubiera permitido que lo crucificaran!.  Qué torpes, qué  insensatos nos parecen ahora esos pensamientos,  y es que éramos absolutamente  pequeños espiritualmente. Pero, ahora,  ya sabemos todos que si no hay sangre de Cristo derramada, no hay Redención, no hay Salvación. La Salvación ofrecida sólo por Amor. 

Creo que quizá hemos olvidado este Amor Primero, quizá queremos eludir la responsabilidad que se deriva de este Amor dado gratuitamente y que nosotros, pudiera ocurrir, queramos adulterar. 

Pudiera ocurrir que escondidos en la trinchera del “qué le vamos a hacer si somos humanos” o en aquella de “nadie es perfecto” quisiéramos  justificar el continuo consentimiento del error , sin poner nada de nuestra parte para enderezar lo torcido. 

¡Claro que somos humanos!, pero somos de Cristo ¿acaso va a tener lo primero más importancia o más fuerza que lo segundo? ¡claro que no somos perfectos!, aún así el mismo Cristo nos dijo: sed perfectos como vuestro  Padre Celestial es Perfecto ¿ Acaso Jesús habló alguna vez sólo de boquilla?
 

 

Mi querido sacerdote que has recibido el Sacramento del Orden, si supieras cuantos ojos hay puestos en ti, si supieras cuántos sencillos se fijan en ti esperando ver  un modelo a imitar , si supieras la importancia que tienen tus palabras y tus gestos, tu comportamiento y tu forma de actuar.

Sí, sé que es mucha la responsabilidad pero has sido llamado a ella y has dicho Sí y ese Sí lo abarca todo. Has dicho Sí a Cristo, Sí a su iglesia con sus estructuras, su jerarquía, sus normas. No creo que ese Sí vaya acompañado de un .... pero... y si existiesen esos “ peros” habría que esperar y no  decir Sí hasta que dejaran de existir.

 

Y recuerda que ser sacerdote no es una profesión cualquiera, ni siquiera es una profesión, sino un modo de vida conectado a Cristo para servir al Pueblo de Dios, para servir a la Comunidad y atraerla enérgicamente a Cristo. Luego no nos vale compararnos con otros

(profesiones, asociaciones, sociedades) , porque compararse con alguien es tomar a ese alguien o algo como patrón y nosotros ya sabemos muy bien cuál es nuestro patrón.
 

Creo que aquí radica uno de los mayores problemas de la crisis por la que podamos estar atravesando. Desde hace bastante tiempo hemos querido compararnos tanto con el mundo para intentar comprenderlo y una vez hecho esto ofrecerle la esperanza que necesita, que perdido en esa multitud, entre tanta gente, entre tantas voces, luces artificiales, hemos olvidado nuestro Patrón, con el que siempre eternamente debemos medirnos; hemos perdido el auténtico patrón cristiano, hemos perdido el timón. Y es que los cristianos tenemos una única respuesta para toda situación, en cualquier momento, en cualquier lugar, en el espacio y en el tiempo nuestra respuesta es Cristo, es vivir en cristiano. Esta es la esencia, este es nuestro estilo, este es nuestro pedigrí: CRISTO. Y, genuinamente cristiano, es La Eucaristía.

No debemos, los cristianos llevar una vida “descafeinada” valga la comparación. Porque con tanto quitar esencia, con tanto descafeinar podría ocurrir que olvidáramos el sabor original.

                              A modo de ejemplo:

Un colectivo estaba en desacuerdo con la cantidad de horas trabajadas en su sector, llevaron su protesta a los superiores, entrada la negociación y tras muchos días de debate y tratando de evitar la huelga en el sector  los superiores concedieron que trabajasen ocho días al año. El colectivo respondió:

Estamos de acuerdo con el horario laboral pero ahora vamos a debatir cuántos días de vacaciones tendremos.

                              Otro ejemplo:

Pudiera ocurrir que con el afán de intentar demostrar a los demás lo mala y esclavizante que es la droga y sintiéndonos cerca de los drogadictos, nos inyectáramos en nuestra sangre dosis de heroína para poder comprender mejor lo que sienten y,así, poder ayudarles con conocimiento de causa. Y yo pienso que los heroinómanos no necesitan para salir del pozo dónde se encuentran, a alguien enganchado sino a alguien que, desde fuera de este submundo  y dotado de la suficiente fuerza y energía, le tienda la mano. Esto es lo cristiano, la mano siempre tendida esperando la respuesta libre del otro.

 

Podría ocurrir que quisieras cambiar las cosas, pero  sólo el amor es capaz de cambiarnos y de favorecer cambios evolutivos, cambios al alza, en todo lo que nos rodea.

Si promuevo la defensa del pobre como consecuencia del odio hacia los ricos ¿eso es Amor ? , No, eso no es Amor.

Si iniciamos grandes empresas y hacemos grandes cosas y no lo hacemos en el nombre de Cristo, si no lo hacemos por Cristo. ¿eso es Amor?, creo que no, que eso será afán de protagonismo, afán de recibir el reconocimiento del mundo pero nunca será auténtico Amor ...

y, estoy segura de que  eso lo puede hacer cualquiera, desde un asesino hasta un proxeneta.

Pero cuando se trata de darse uno mismo, de construir en el nombre de Cristo,.. eso...eso te aseguro no puede hacerlo cualquiera. Hay que amar mucho y amar desde Dios mismo para negarnos a nosotros mismos y hacerlo todo por Cristo.

Así que, al fin y al cabo, todo es como decíamos al principio... todo es cuestión de Amor.
 

Eres Pastor y guía de tu comunidad, como Cristo lo es de su Iglesia, que es la nuestra. Fíjate, Cristo guía a su pueblo al Padre Dios. Ni siquiera Él, que es Dios, se quiere adueñar del pueblo para Sí, sino que lo lleva hacia el Padre. Qué manera tan extraordinaria de amar.

Mira querido y amado sacerdote tú guías a la comunidad y, la comunidad, ha depositado su confianza en ti, tú eres responsable del rebaño, si tú lo conduces por un sendero espinoso,  las espinas se clavarán  en ti y en las  ovejas, pero del dolor producido por cada una de estas espinas tú serás responsable.

Si tú desobedeces las normas de la Iglesia llevas a la comunidad, también, a la desobediencia.

Y quien pagará esa carga .. ¿la comunidad? 

Somos un pueblo adulto, ya hemos comenzado el tercer milenio, ya hemos dejado las cosas de niño. Debemos recordar las palabras del Cristo, ...lo que ates en la tierra será atado en el Cielo....

Lo maravilloso de todo esto, lo maravilloso de nuestra Iglesia es que como portadora del Espíritu mismo de Cristo, sobrevivirá a todo...el poder del infierno no la derrotará.

 

Y después de tantos años...de tantos siglos... siempre llegamos a la misma conclusión, que:               A pesar de nuestros defectos de humanos...    la Iglesia crece...

                    A pesar de nuestras debilidades y egoísmos... la Iglesia crece...

                    A pesar de nuestra resistencia a lo divino....... la Iglesia crece...

                    Gracias a Dios......LA IGLESIA CRECE...

                    En el espacio y en el tiempo.... la Iglesia crece...

 

Y, nosotros, los que ahora vivimos y formamos la Iglesia debemos no obstaculizar ese crecimiento, debemos , todo lo contrario, favorecerlo.

 ¿ Cómo hacerlo?

Requisito imprescindible enterrar resentimientos y fomentar la unión y comunión fraterna.

Buscar sólo el bien del Pueblo de Dios según el Mismo Dios y su Santa Iglesia y, así, estaremos “on lyne” para:.

 

Configurarnos con CRISTO , utilizando un sistema operativo actualizado y moderno como lo es LA PALABRA DE DIOS y trabajar con un sólo programa llamado iglesia  , conectado a una sola  fuente de alimentación LA EUCARISTÍA , y como batería o acumulador LA ORACIÓN PROFUNDA tanto individual como comunitaria.

Como todos sabemos, la Batería necesita recargarse de la fuente de alimentación central y, si está desconectada de ella, en poco tiempo MUERE.  

Existen siete virus que tenemos que tener muy en cuenta porque, como cabeza de legión que son, pueden atacar a este extraordinario sistema. Pero nosotros  los cristianos tenemos un antivirus específico para cada uno de ellos, hemos de tener, éstos, siempre a mano.

 

                   Virus                                        Antivirus o medicina

 

               Soberbia                                    Humildad

               Avaricia                                    Largueza

               Lujuria                                      Castidad

               Ira                                             Paciencia

               Gula                                         Templanza

               Envidia                                     Caridad

               Pereza                                      Diligencia

 


Purificación García

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