Visitas


martes, 22 de octubre de 2013

Hasta luego D.Eduardo, Descansa en la Paz.










Hoy el cielo está alegre, tiene un nuevo huésped, un sacerdote aquí en la tierra y desde ayer un habitante más en el cielo. Y yo meditando me pregunto, si por la muerte carnal de Eduardo, el Cielo está alegre acaso ¿podemos, nosotros, estar tristes aquí en la tierra? Claro que sí, pero nuestra tristeza no es desesperanza. Eduardo durante el año de la fe estuvo viviendo, en sí mismo, el dolor y el sufrimiento de la enfermedad. Pero sabemos que “la fe no nos hace inmunes al sufrimiento nos hace inmunes al desaliento”.

Hoy muchas personas están tristes y algunos sacerdotes a los que yo quiero mucho están muy tristes. Así que desde este medio les doy mi abrazo que quiere transmitir paz y sosiego.

y con el permiso pertinente, aquí y ahora, dedico esta oración, que nació para un sacerdote, a D.Eduardo Moya Calahorro.

 

Oh Padre amado cuida siempre Tú de él

Sangre del Cristo, nunca le dejes caer

Él te ama tanto, te lleva en el alma

Que tu dulce mirada guíe siempre  sus  pasos.

Yo siempre te pediré en mi oración por él

Mantenlo a tu lado por Jesús Cristo amado.

Cuando le miro veo a tu iglesia crecer
Vive luchando sin jamás desfallecer

ama lo pequeño sin menospreciar lo grande

y a tu noble fondo él da forma admirable.

Yo siempre te pediré en mi oración por él

acoge este canto y haz cesar su quebranto.

Pues tu amor no tiene mesura

Espíritu de Dios disipa todo rastro de duda.

 

Descansa en la Paz del Señor, estimado Eduardo, sacerdote de Dios.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario