¿CÓMO QUIERES QUE SEA TU ADVIENTO?
¿Por qué me llamas si nunca estás
para recibirme? Hay tanta gente dentro de ti, tantos que dicen : yo..yo.. yo…
que apenas dejan sitio para que tú seas.
Sé que estás en algún rincón de ahí adentro pero toda esa gente, gentuza, te
tapan y rara vez puedo llegar a verte. Hay que echar gente a la calle o mejor
erradicarla allí donde se encuentra, en ti
mismo. Porque si salen pueden volver a entrar y eso nos haría el trabajo
inútil.
¿Por qué me pides consejo si
nunca me quieres escuchar? Me pides consejo sosegado, suave, sencillo…. Pero
¿cómo dártelo si no te callas por dentro?
tanta gente cantando, gritando, carcajeando y hasta rugiendo. ¿Dónde
estás tú? Con tanta gente, no te veo.
¿Por qué me pides sustento si
cuando te doy mi maná tú no lo quieres? Si tú me pides alimento yo te lo doy
pero no me pidas que te dé basura porque eso nunca querré dártelo ni dejar que te entierres en tus defectos.
Quítate toda esa gente de en medio.
Haz silencio en tu interior. Come lo que te doy y bebe de la fuente que te
ofrezco y conocerás la paz y la armonía y entonces sí que escucharas y
reconocerás lo que en ti se esconde.
¿Por qué me pides agua para
calmar tu sed si sólo eres feliz bebiendo cieno?
Ahora te toca a ti hacer lo que
corresponde, prepararte para el adviento, estar en casa cuando te visito y escuchar
lo que te hablo muy muy atento y dejar de ser de una vez un muñeco de tus egos.
Degustar el maná que cada día te regalo y
aprender a apreciar, querer degustar para saciar tu sed, el agua limpia, clara,
VIVA, de la que yo te proveo y encender tu luz para que la LUZ pueda nacer dentro
Purificación García
Peal de Becerro
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