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lunes, 30 de marzo de 2015

De un sacerdote amigo (charlas cuaresmales)


1º.- ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ EL ALTAR Y EL SAGRARIO?

Reflexión:
¿Por qué y para qué el pan y el vino?.
Aquí tenéis, a los pies del altar, la materia del sacramento de la Eucaristía: pan y vino.
Junto a ellos un expositor o custodia para la adoración del Santísimo. La vela encendida significa nuestra fe en el Sacramento del Altar. 
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios: Evangelio de San Lucas, en su capítulo 22: (22,14ss):
“Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos, y les dijo:
“He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros antes de padecer,
porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el reino de Dios”.
Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo:
ESTO ES MI CUERPO, QUE SE ENTREGA POR VOSOTROS. HACED ESTO EN MEMORIA MIA.
Después de cenar hizo lo mismo con la copa, diciendo:
ESTA COPA ES LA NUEVA ALIANZA SELLADA CON MI SANGRE, QUE SE DERRAMA POR VOSOTROS”.
A continuación, dice el evangelista que Jesús anunció que uno de ellos, es decir, de los discípulos, lo traicionaría entregándolo a los que querían matarlo.
Estamos en el atardecer del Jueves Santo, tarde especialísimamente santificada para siempre con la “institución de la Eucaristía: sacrificio y Sacramento”.
Para llegar hasta ahí, hagamos un breve recorrido por la “Historia de nuestra salvación”, es decir, por la “Historia del amor infinito de Dios al hombre”, sin olvidar que es la historia de mi salvación, es la historia del amor de Dios a mí.
CREACIÓN.
Bendigamos al Señor con el “Cántico de las criaturas”, del Libro del Profeta Daniel, que se reza los domingos en la oración de Laudes de la Iglesia.
CRIATURAS TODAS DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR,
ENSALZADLO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.
 
ALGELES DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR,
CIELOS, BENDECID AL SEÑOR. 

AGUAS DEL ESPACIO, BENDECID AL SEÑOR,
EJÉRCITOS DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR. 

SOL Y LUNA, BENDECID AL SEÑOR,
ASTROS DEL CIELO, BENDECID AL SEÑOR. 

LLUVIA Y ROCÍO, BENDECID AL SEÑOR,
VIENTOS TODOS, BENDECID AL SEÑOR.

FUEGO Y CALOR, BENDECID AL SEÑOR,
FRIOS Y HELADAS, BENDECID AL SEÑOR.

ROCÍOS Y NEVADAS, BENDECID AL SEÑOR,
TÉMPANOS Y HIELOS, BENDECID AL SEÑOR. 

ESCARCHAS Y NIEVES, BENDECID AL SEÑOR,
NOCHE Y DÍA, BENDECID AL SEÑOR. 

LUZ Y TINIEBLAS, BENDECID AL SEÑOR,
RAYOS Y NUBES, BENDECID AL SEÑOR. 

BENDIGA LA TIERRA AL SEÑOR,
ENSÁLCELO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS. 

MONTES Y CUMBRES, BENDECID AL SEÑOR,
CUANTO GERMINA EN LA TIERRA, BENDIGA AL SEÑOR. 

MANANTIALES, BENDECID AL SEÑOR,
MARES Y RIOS, BENDECID AL SEÑOR. 

CETÁCEOS Y PECES, BENDECID AL SEÑOR,
AVES DEL CIELO, BENDECID AL SEÑOR. 

FIERAS Y GANADOS, BENDECID AL SEÑOR,
ENSALZADLO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.

HIJOS DE LOS HOMBRES, BENDECID AL SEÑOR,
BENDIGA ISRAEL AL SEÑOR. 

SACERDOTES DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR,
SIERVOS DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR. 

ALMAS Y ESPÍRITUS JUSTOS, BENDECID AL SEÑOR,
SANTOS Y HUMILDES DE CORAZÓN, BENDECID AL SEÑOR. 

ANANÍAS, AZARÍAS Y MISAEL, BENDECID AL SEÑOR,
ENSALZADLO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS. 

BENDIGAMOS AL PADRE Y AL HIJO CON EL ESPÍRITU SANTO,
ENSALCÉMOSLO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS. 

BENDITO EL SEÑOR EN LA BÓVEDA DEL CIELO,
ALABADO Y GLORIOSO Y ENDSALZADO POR LOS SIGLOS.
(Dn 3, 57-88.56)
Tras esta oración sobre la historia de la creación de Dios, conjunto de maravillas, que el hombre, hoy tan progresista y prepotente, no ha sido ni es capaz  de reproducir, por sus propios medios, porque ¿cómo hacer otro sol?, ¿cómo hacer otra luna?, ¿cómo hacer una estrella?, ¿un pez?, ¿una gaviota?, ¿una hormiga?, maravillas que Dios dejó misteriosamente encargadas a la virtud y fuerza de la madre naturaleza.
Terminado ese magnífico escenario, Dios, por así decir, se deleita creando a la persona humana, hombre y mujer, adornándoles de dones naturales y de dones sobrenaturales, superiores a los de todas las criaturas creadas con anterioridad.
Por ejemplo, los creó a su imagen y semejanza, y los dotó de inteligencia, voluntad, y libertad”, con lo cual los capacitó para que entendieran, comprendieran, hablaran, amaran, decidieran;
puso a su servicio y bajo su custodia  todo lo creado;
les infundió “un espíritu sobrenatural” creado, con lo que el hombre es inmortal y destinado a la vida eterna. 
Nuestro sentimiento en este momento ha de ser de alabanza y gratitud a Dios por el amor que supone la creación, creación de la que formamos parte. 

Avancemos. Dios, Creador y Padre, pone a prueba al hombre y a la mujer, para comprobar si reconocen tanto don, y ellos, caen en la tentación de la soberbia (“ser como dioses”), desobedecen a Dios, se apartan de su amor, pecan, y consecuentemente pierden muchos de los dones sobrenaturales, concedidos con tanto amor por Dios, porque eran incompatibles con el pecado.
Esto hace que nuestra hermoso principio divino se vuelva triste y desgraciada historia, al entrar el pecado en el mundo por nuestra culpa, y con el pecado entró el mal, el dolor, la muerte, quedando la humanidad herida, caída, contagiada, destrozada, perdida, y, sobre todo, sin posibilidad de salvación por ella misma.
Es muy importante reconocer y caer en la cuenta que la realidad del pecado y sus consecuencias tan negativas la seguimos aumentando desgraciadamente todos los días cada uno de nosotros, cada vez que nos apartamos voluntaria y libremente de Dios y de su Santa Voluntad, sin que descarguemos toda la responsabilidad del mal en Adán y Eva, nuestros primeros padres, según la Biblia.  
Un paso más. Dios, el Dios del amor, que nos había creado con tanto cariño, al comprobar cómo el hombre y la mujer le da la media vuelta, siente pena y compasión de ellos, ¡esto es muy importante!
Dios, entonces, comienza a manifestarse y a revelarse al hombre, intentando restablecer la amistad, ofreciéndoles la reconciliación, porque está dispuesto e interesado en perdonarle su pecado si el hombre se arrepiente y pide perdón.
Es el comienzo de las alianzas de Dios con el hombre.
En estos días últimos de Cuaresma hemos recordado algunas en las lecturas de la Misa:
la alianza con Noé: diluvio, arca, arco iris;
la alianza con Abrahán; sal a la tierra prometida, petición de sacrificio de su hijo Isaac;
la alianza con Moisés: liberación al pueblo de Israel de los egipcios, travesía del desierto, las tablas de la Ley en el monte Sinaí.
Todo intento de amor por parte de Dios al hombre resulta infructuoso por parte del hombre a Dios, porque el hombre (no olvides que en el hombre estamos tú y yo) es voluble, inconstante, da pasos hacia atrás, y en definitiva abandona a Dios.
Pero Dios no se cansa de amar, Dios no tira la toalla, Dios nos quiere demasiado, y seguirá intentándolo.
Un detalle importante quiero resaltar. Toda esta historia de salvación es exclusivamente por nuestro bien, porque –no lo olvides- Dios no necesita nada de nosotros, lo suyo es existir amando, que es su esencia y naturaleza.
Esta historia de la humanidad, esta historia de la salvación, esta historia del amor de Dios siguió corriendo y corriendo…, hasta que llegó lo que se conoce con lenguaje bíblico la plenitud de los tiempos, es decir, el acontecimiento del que ahora se cumplen 2.015 años y que fue: LA ENCARNACIÓN Y EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Queridos hermanos y amigos, aunque no nos entretengamos ahora en meditar con detalle este grandísimo misterio de La Encarnación del Hijo de Dios, al menos pensad ¡cuánto amor significa y revela el que Dios se haya hecho hombre por nosotros, por nuestra salvación! 
Existen dos palabras, que en todas las navidades repetimos y que son un perfecto resumen de la realidad de ese Misterio:
ENMANUEL (Dios con nosotros)
JESÚS (Dios salva).
Este paso, este escalón, esta bajada, supone mucho amor en Dios, se trata de pasar de ser solamente Dios a ser Dios y Hombre verdaderos.
¡Enorme misterio de amor!
            Vamos a aproximarnos un poco con la imaginación.
              Imagina que tú, por amor a las piedras, desearas y consiguieras hacerte piedra como una de ellas;
que por amor a las hormigas, desearas y consiguieras hacerte hormiga como una de ellas.
Sé que estoy diciendo un pensamiento casi absurdo, aparte de disparatado;
pues aún así, infinitamente mayor es la realidad divina de la Encarnación del Hijo de Dios, porque la distancia entre el Dios Creador y el hombre criatura es infinitamente mayor que la distancia que se daría entre tú y una piedra, entre tú y una hormiga, porque al fin y al cabo ambos sois criaturas.
¿Entenderás alguna vez el amor tan infinito que nos ha tenido Dios al hacerse hombre como uno de nosotros?  Por esta enorme realidad misteriosa, Dios se acerca a cada uno, comparte nuestras circunstancias, entiende de familia, trabajo, amistad, dolor, enfermedad, alegría, muerte, de todo lo nuestro menos del pecado.
De esta manera de actuar, de amar, Dios no es un Salvador poderoso y lejano, que actúa desde arriba, sino que se ha puesto a ras nuestro, para enseñarnos a vivir como Dios quiere que vivamos, es decir, enseñándonos el estilo divino de la vida humana, que es amor, entrega, humildad, gratitud, soportar pruebas, ayudar a los demás, etc.
Por eso, Jesucristo, Dios y Hombre es nuestro Salvador pero, al mismo tiempo, nuestro Modelo de vida.
Toda esta historia de la Encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo, nacido de la Santísima Virgen María, última y definitiva alianza de Dios con el hombre, pasa por el Misterio Pascual, que vamos a celebrar la próxima semana, Pasión, Muerte y Resurrección.
Cuánto amor hay en esta historia de salvación: creación, alianzas, Encarnación del Hijo de Dios, Pasión, Muerte y Resurrección. Ante tanto amor, ¿qué respuesta damos? 
Para terminar vuelve a recordar aquel atardecer del Jueves Santo.
Se acerca una traición, llega la pasión, la muerte, la resurrección, y antes… sucedió lo que hemos leído al principio del evangelio de San Lucas, que repetimos ahora: “Llegada la hora, ¡INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA!
Disculpa que cambie bruscamente y te sorprenda con la siguiente pregunta: ¿Cómo has amado tú a lo largo de tu vida?
Yo sé que las comparaciones son odiosas, pero acepta estas preguntas: 
¿Qué haces tú o qué has hecho, cuando más has amado a tus seres más queridos?
Me parece oir que me dices: no hacerles daño/ ayudarles cuando lo han necesitado/ quererles mostrando el amor con besos, abrazos, regalos, cuidados/ gozar con ellos/ sufrir por ellos/ compartir la vida 

¿Qué más? Añade tú todo lo que quieras, todo lo que yo no he sabido expresar en este breve pero intenso listado. 
Y ahora, te vuelvo a preguntar: 
¿Sabes lo que significa la presencia de Cristo en la Eucaristía?
¿Sabes que se ha quedado hecho alimento de tu alma para acompañarte y fortalecerte?
¿Sabes que lleva 2000 años esperándote en todos los Sagrarios del mundo entero?
¿Sabes que ahí no tiene más oficio que amarte y vivir entregado al Padre por ti?
¿Sabes que cuando tú duermes, El vela?
¿Sabes que, cuando tú acudes, El ya está presente?
¿Sabes que, cuando tú te olvidas, El te recuerda, te ama y te espera?
Su amor infinito le ha llevado a hacer realidad lo que nosotros soñamos y no alcanzamos. Él ha conseguido por amor fusionarse con nosotros, vivir dentro de nosotros, amasarse con nuestra vida. San Pablo decía: “vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí”.

Voy a abrir el Sagrario.
Te dejo con Él. 
A ver qué le dice.
Nunca olvides que Alguien siempre te está amando, siempre te está esperando.
ALABADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR

 




Rvdo. D. Jesús Moreno Lorente

 

 

 

 

 

 


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