1º.- ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ EL ALTAR Y
EL SAGRARIO?
Reflexión:
¿Por qué y
para qué el pan y el vino?.
Aquí tenéis, a los pies del altar, la materia del
sacramento de la Eucaristía: pan y vino.
Junto a ellos un expositor o custodia para la
adoración del Santísimo. La vela encendida significa nuestra fe en el
Sacramento del Altar.
Escuchemos la
proclamación de la Palabra de Dios: Evangelio
de San Lucas, en su capítulo 22: (22,14ss):
“Llegada la hora, se sentó Jesús con sus
discípulos, y les dijo:
“He deseado enormemente comer esta
comida pascual con vosotros antes de padecer,
porque os digo que ya no la volveré a
comer hasta que se cumpla en el reino de Dios”.
Y tomando pan, dio gracias, lo partió y
se lo dio diciendo:
ESTO ES MI CUERPO, QUE SE ENTREGA POR
VOSOTROS. HACED ESTO EN MEMORIA MIA.
Después de cenar hizo lo mismo con la
copa, diciendo:
ESTA COPA ES LA NUEVA ALIANZA SELLADA
CON MI SANGRE, QUE SE DERRAMA POR VOSOTROS”.
A continuación, dice el evangelista que Jesús anunció que
uno de ellos, es decir, de los discípulos, lo traicionaría entregándolo a los
que querían matarlo.
Estamos en el atardecer del Jueves Santo, tarde especialísimamente
santificada para siempre con la “institución de la Eucaristía: sacrificio y
Sacramento”.
Para llegar hasta ahí, hagamos un breve recorrido por la
“Historia de nuestra salvación”, es
decir, por la “Historia del amor infinito de Dios al hombre”, sin olvidar que
es la historia de mi salvación, es la
historia del amor de Dios a mí.
CREACIÓN.
Bendigamos al Señor con el “Cántico de las criaturas”,
del Libro del Profeta Daniel, que se reza los domingos en la oración de Laudes
de la Iglesia.
CRIATURAS
TODAS DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR,
ENSALZADLO
CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.
ALGELES DEL
SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR,
CIELOS,
BENDECID AL SEÑOR.
AGUAS DEL
ESPACIO, BENDECID AL SEÑOR,
EJÉRCITOS
DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR.
SOL Y LUNA,
BENDECID AL SEÑOR,
ASTROS DEL
CIELO, BENDECID AL SEÑOR.
LLUVIA Y
ROCÍO, BENDECID AL SEÑOR,
VIENTOS
TODOS, BENDECID AL SEÑOR.
FUEGO Y
CALOR, BENDECID AL SEÑOR,
FRIOS Y
HELADAS, BENDECID AL SEÑOR.
ROCÍOS Y
NEVADAS, BENDECID AL SEÑOR,
TÉMPANOS Y
HIELOS, BENDECID AL SEÑOR.
ESCARCHAS Y
NIEVES, BENDECID AL SEÑOR,
NOCHE Y DÍA,
BENDECID AL SEÑOR.
LUZ Y
TINIEBLAS, BENDECID AL SEÑOR,
RAYOS Y
NUBES, BENDECID AL SEÑOR.
BENDIGA LA
TIERRA AL SEÑOR,
ENSÁLCELO
CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.
MONTES Y
CUMBRES, BENDECID AL SEÑOR,
CUANTO
GERMINA EN LA TIERRA, BENDIGA AL SEÑOR.
MANANTIALES,
BENDECID AL SEÑOR,
MARES Y
RIOS, BENDECID AL SEÑOR.
CETÁCEOS Y
PECES, BENDECID AL SEÑOR,
AVES DEL
CIELO, BENDECID AL SEÑOR.
FIERAS Y
GANADOS, BENDECID AL SEÑOR,
ENSALZADLO
CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.
HIJOS DE LOS
HOMBRES, BENDECID AL SEÑOR,
BENDIGA
ISRAEL AL SEÑOR.
SACERDOTES
DEL SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR,
SIERVOS DEL
SEÑOR, BENDECID AL SEÑOR.
ALMAS Y
ESPÍRITUS JUSTOS, BENDECID AL SEÑOR,
SANTOS Y
HUMILDES DE CORAZÓN, BENDECID AL SEÑOR.
ANANÍAS,
AZARÍAS Y MISAEL, BENDECID AL SEÑOR,
ENSALZADLO
CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.
BENDIGAMOS
AL PADRE Y AL HIJO CON EL ESPÍRITU SANTO,
ENSALCÉMOSLO
CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.
BENDITO EL
SEÑOR EN LA BÓVEDA DEL CIELO,
ALABADO Y
GLORIOSO Y ENDSALZADO POR LOS SIGLOS.
(Dn 3, 57-88.56)
Tras esta oración sobre la historia de la creación de Dios, conjunto de maravillas, que el
hombre, hoy tan progresista y prepotente, no ha sido ni es capaz de reproducir, por sus propios medios, porque
¿cómo hacer otro sol?, ¿cómo hacer otra luna?, ¿cómo hacer una estrella?, ¿un
pez?, ¿una gaviota?, ¿una hormiga?, maravillas que Dios dejó misteriosamente
encargadas a la virtud y fuerza de la madre naturaleza.
Terminado ese magnífico escenario, Dios, por así
decir, se deleita creando a la persona
humana, hombre y mujer, adornándoles de dones naturales y de dones sobrenaturales,
superiores a los de todas las criaturas creadas con anterioridad.
Por ejemplo, los creó a su imagen y semejanza, y los dotó de inteligencia, voluntad, y libertad”,
con lo cual los capacitó para que entendieran, comprendieran, hablaran, amaran,
decidieran;
puso a su servicio y bajo su custodia todo lo creado;
les infundió “un espíritu sobrenatural” creado, con lo
que el hombre es inmortal y destinado a la vida eterna.
Nuestro sentimiento en este momento ha de ser de
alabanza y gratitud a Dios por el amor que supone la creación, creación de la
que formamos parte.
Avancemos. Dios, Creador y Padre, pone a prueba al
hombre y a la mujer, para comprobar si reconocen tanto don, y ellos, caen en la
tentación de la soberbia (“ser como dioses”), desobedecen a Dios, se apartan de
su amor, pecan, y consecuentemente pierden muchos de los dones sobrenaturales, concedidos
con tanto amor por Dios, porque eran incompatibles con el pecado.
Esto hace que nuestra hermoso principio divino se
vuelva triste y desgraciada historia, al
entrar el pecado en el mundo por nuestra culpa, y con el pecado entró el mal, el
dolor, la muerte, quedando la humanidad herida, caída, contagiada, destrozada,
perdida, y, sobre todo, sin posibilidad de salvación por ella misma.
Es muy importante reconocer y caer en la cuenta que la realidad del pecado y sus
consecuencias tan negativas la seguimos aumentando desgraciadamente todos los
días cada uno de nosotros, cada vez que nos apartamos voluntaria y libremente
de Dios y de su Santa Voluntad, sin que descarguemos toda la responsabilidad
del mal en Adán y Eva, nuestros primeros padres, según la Biblia.
Un paso más. Dios, el Dios del amor, que nos había
creado con tanto cariño, al comprobar cómo el hombre y la mujer le da la media
vuelta, siente pena y compasión de ellos,
¡esto es muy importante!
Dios, entonces, comienza a manifestarse y a revelarse
al hombre, intentando restablecer la
amistad, ofreciéndoles la reconciliación, porque está dispuesto e
interesado en perdonarle su pecado si el hombre se arrepiente y pide perdón.
Es el
comienzo de las alianzas de Dios con el hombre.
En estos días últimos de Cuaresma hemos recordado
algunas en las lecturas de la Misa:
la alianza con Noé: diluvio, arca, arco iris;
la alianza con Abrahán; sal a la tierra prometida, petición
de sacrificio de su hijo Isaac;
la alianza con Moisés: liberación al pueblo de Israel
de los egipcios, travesía del desierto, las tablas de la Ley en el monte Sinaí.
Todo intento de amor por parte de Dios al hombre resulta
infructuoso por parte del hombre a Dios, porque el hombre (no olvides que en el
hombre estamos tú y yo) es voluble, inconstante, da pasos hacia atrás, y en
definitiva abandona a Dios.
Pero Dios no
se cansa de amar, Dios no tira la toalla, Dios nos quiere demasiado, y seguirá
intentándolo.
Un detalle importante quiero resaltar. Toda esta
historia de salvación es exclusivamente por
nuestro bien, porque –no lo olvides- Dios no necesita nada de nosotros, lo
suyo es existir amando, que es su
esencia y naturaleza.
Esta historia de la humanidad, esta historia de la
salvación, esta historia del amor de Dios siguió corriendo y corriendo…, hasta
que llegó lo que se conoce con lenguaje bíblico la plenitud de los tiempos, es decir, el acontecimiento del que
ahora se cumplen 2.015 años y que fue: LA
ENCARNACIÓN Y EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Queridos hermanos y amigos, aunque no nos
entretengamos ahora en meditar con detalle este grandísimo misterio de La
Encarnación del Hijo de Dios, al menos pensad ¡cuánto amor significa y revela
el que Dios se haya hecho hombre por nosotros, por nuestra salvación!
Existen dos palabras, que en todas las navidades
repetimos y que son un perfecto resumen de la realidad de ese Misterio:
ENMANUEL (Dios con nosotros)
JESÚS (Dios salva).
Este paso, este escalón, esta bajada, supone mucho
amor en Dios, se trata de pasar de ser solamente Dios a ser Dios y Hombre
verdaderos.
¡Enorme misterio de amor!
Vamos a aproximarnos un poco con la imaginación.Imagina que tú, por amor a las piedras, desearas y consiguieras hacerte piedra como una de ellas;
que por amor a las hormigas, desearas y consiguieras hacerte hormiga como una de ellas.
Sé que estoy diciendo un pensamiento casi absurdo,
aparte de disparatado;
pues aún así, infinitamente mayor es la realidad
divina de la Encarnación del Hijo de Dios, porque la distancia entre el Dios Creador y el hombre criatura es
infinitamente mayor que la distancia que se daría entre tú y una piedra, entre
tú y una hormiga, porque al fin y al cabo ambos
sois criaturas.
¿Entenderás alguna vez el amor tan infinito que nos ha
tenido Dios al hacerse hombre como uno de nosotros? Por esta enorme realidad misteriosa, Dios se
acerca a cada uno, comparte nuestras circunstancias, entiende de familia,
trabajo, amistad, dolor, enfermedad, alegría, muerte, de todo lo nuestro menos del
pecado.
De esta manera de actuar, de amar, Dios no es un Salvador
poderoso y lejano, que actúa desde arriba, sino que se ha puesto a ras nuestro,
para enseñarnos a vivir como Dios quiere
que vivamos, es decir, enseñándonos el estilo divino de la vida humana, que
es amor, entrega, humildad, gratitud, soportar pruebas, ayudar a los demás,
etc.
Por eso, Jesucristo, Dios y Hombre es nuestro Salvador pero, al mismo tiempo, nuestro
Modelo de vida.
Toda esta historia de la Encarnación del Hijo de Dios,
Jesucristo, nacido de la Santísima Virgen María, última y definitiva alianza de
Dios con el hombre, pasa por el Misterio
Pascual, que vamos a celebrar la próxima semana, Pasión, Muerte y Resurrección.
Cuánto amor hay en esta historia de salvación: creación,
alianzas, Encarnación del Hijo de Dios, Pasión, Muerte y Resurrección. Ante
tanto amor, ¿qué respuesta damos?
Para terminar vuelve a recordar aquel atardecer del
Jueves Santo.
Se
acerca una traición, llega la pasión, la muerte, la resurrección, y antes…
sucedió lo que hemos leído al principio del evangelio de San Lucas, que
repetimos ahora: “Llegada la hora, ¡INSTITUCIÓN
DE LA EUCARISTÍA!
Disculpa que cambie bruscamente y te sorprenda con la
siguiente pregunta: ¿Cómo has amado tú a
lo largo de tu vida?
Yo sé que las comparaciones son odiosas, pero acepta
estas preguntas:
¿Qué haces
tú o qué has hecho, cuando más has amado a tus seres más queridos?
Me parece oir que me dices: no hacerles daño/ ayudarles
cuando lo han necesitado/ quererles mostrando el amor con besos, abrazos,
regalos, cuidados/ gozar con ellos/ sufrir por ellos/ compartir la vida
¿Qué más? Añade tú todo lo que quieras, todo lo que yo no he
sabido expresar en este breve pero intenso listado.
Y ahora, te vuelvo a preguntar:
¿Sabes lo que significa la presencia de Cristo en la
Eucaristía?
¿Sabes que se ha quedado hecho alimento de tu alma
para acompañarte y fortalecerte?
¿Sabes que lleva 2000 años esperándote en todos los Sagrarios
del mundo entero?
¿Sabes que ahí no tiene más oficio que amarte y vivir
entregado al Padre por ti?
¿Sabes que cuando tú duermes, El vela?
¿Sabes que, cuando tú acudes, El ya está presente?
¿Sabes que, cuando tú te olvidas, El te recuerda, te ama
y te espera?
Su amor infinito le ha llevado a hacer realidad lo que
nosotros soñamos y no alcanzamos. Él ha conseguido por amor fusionarse con
nosotros, vivir dentro de nosotros, amasarse con nuestra vida. San Pablo decía:
“vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí”.
Voy a abrir el Sagrario.
Te dejo con Él.
A ver qué le dice.
Nunca olvides que Alguien siempre te está amando,
siempre te está esperando.
ALABADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL
ALTAR
Rvdo. D. Jesús Moreno Lorente
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