Pues bien, si esto es bueno para nuestro cuerpo que es templo del Espíritu Santo, también será muy bueno hacer cada mañana gárgaras psicológicas y espirituales.
También nuestra psique que tiene garganta ve mermado el desarrollo normal de su actividad positiva porque en su cauce se encuentra gran cantidad de obstáculos y por eso hay que tender a optimizar recursos para que pueda emitir en una longitud de onda de banda ancha que está libre de interferencias. Hay que hacer cada mañana gárgaras psicológicas. ¿Cómo? Cada uno medite y se adecúe al resultado de esa meditación sincera y constructiva para él y , por ende, para los demás. A modo de ejemplo. En múltiples ocasiones la cotidianidad nos presente en escenario (alguien nos cuenta algo o nuestros ojos ven algo) deberíamos parar ahí para intentar buscar el todo de esa parte. Y ¿qué hacemos? JUZGAR y no contentos con eso, a nuestro juicio parcial le agregamos SENTENCIA injusta, y aún no contentos oprimimos para obligar a EJECUTAR LA SENTENCIA, nuestra sentencia. Pasa el tiempo y vemos ampliarse aquella parte que un día juzgamos y nos damos cuenta que hicimos mucho mal, mucho daño pero ya el dolor ocasionado en el pasado no lo podemos erradicar.
Por eso si hacemos cada mañana un ratito de gárgaras psicológicas evitando, entre otras muchas acciones el hecho de juzgar, entonces la garganta de nuestra psique estará suave y presta a la acción constructiva que nos generará alegría y salud a nosotros mismos.
¿Y nuestro espíritu? ¿Necesita un espacio al comenzar el día para hacer gárgaras?
¡Claro que SÍ!
Estamos en cuaresma, mañana celebraremos el primer Domingo de este año 2017. La garganta de nuestro espíritu necesita siempre estar limpia, ágil, sin obstáculos porque ella será el cauce en el que fluirán palabras vinculadas a la acción, palabras con núcleo esencial, palabras de amor que desarrollaran acciones y actitudes de amor, comprensión, misericordia, paz.
Digo algo más, somos templos del espíritu de Dios, limpiemos pues todo lo que de nosotros le estorba para realizar su acción. Nuestra garganta, aclarémosla con un ratito de gárgaras para lanzar fuera nuestras impurezas, dejando así salir de nosotros las palabras llenas de luz que pueden cambiar el destino de este mundo. No en vano, CRISTO es la PALABRA por DIOS pronunciada. Que al pronunciar nosotros las nuestras configuradas con la de DIOS, configuradas con CRISTO, nuestra garganta esté limpia de nuestras miserias y nuestro aliento espiritual exhale el olor de aquel que nos amó MÁS que nos amó MEJOR.
purificación garcia
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