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miércoles, 31 de mayo de 2017
CORREA DE TRANSMISIÓN
Esta mañana, durante la oración, la Virgen del Carmen cuya imagen está rodeada por una planta de romero y por lo que la llamo así, Virgen del Romero, me ha dicho que comparta con todos la correa de transmisión de la que me enseño a valerme hace ya algún tiempo.
Primero oramos: agradeciendo, pidiendo perdón, pidiendo por nosotros y los hermanos. ¿Cómo oramos? ¿ A quién pedimos? ¿ a Dios? ¿ a Cristo?.
La Madre de Cristo y Madre nuestra me enseño a no saltarme ningún eslabón. Pasa en esto como en otras facetas de la vida que, a veces, queremos llegar al último eslabón sin pasar por los previos.
El evangelio de San Juan nos relata un momento histórico de nuestra fe. Nos habla de una boda en caná y de la falta de vino en ella. No era el momento de Jesús pero la Madre le pidió y Él no le pudo negar.
Esta perícopa del evangelio nos muestra claramente que Jesús, nuestro Señor, el Cristo, Jesucristo, que murió por muchos, resucitó y ascendió a los Cielos, estando allí. sentado, a la derecha del Padre, no negará nunca nada si su madre se lo pide.
PRIMER ESLABON DE LA CADENA DE TRANSMISIÓN.
Nosotros pedimos a nuestra Madre, La Virgen. ¿Qué y como pedir?, esto lo aprendemos en la Iglesia que es depositaria del conocimiento. Aunque nosotros ignoremos mucho o quizá todo, no por ello el conocimiento desaparece. El conocimiento está y esta época es muy apropiada para impetrarlo, acogerlo muy dentro de nos hasta que llegue a formar parte de nuestros genes espirituales.
Pedimos a la Virgen, LA MADRE, que lleve nuestra oración a su HIJO, nuestro Señor. Ya sabemos que nada niega el HIJO a la MADRE.
SEGUNDO ESLABÓN DE LA CADENA DE TRANSMISIÓN.
En el mismo evangelio,el de San Juan, nos dice que todo lo que pidamos al Padre en el nombre del Hijo, se nos dará. Es este un dato ESENCIAL y REAL. Éste es pues el tercer eslabón.
TERCER ESLABÓN DE LA CADENA DE TRANSMISIÓN.
¿ Cómo quedaría esta cadena?
Nosotros- LA MADRE- EL HIJO- EL PADRE. ¿Falta algo en esta cadena? ¡SÍ!
Como en la vida temporal para que las cadenas o correas de transmisión funcionen necesitan energía, o lubricante, o algo que, una vez enlazados los eslabones, las haga moverse. Así mismo, aquí aún nos falta alguien que anime, que impulse, que dé fuerza y energía para que nuestra oración siga la cadena de transmisión. ¿Qué o quién nos falta?. Exactamente quien estás pensando. ¡SÍ!
EL ESPÍRITU SANTO.
Con el color rojo expresamos la fuerza y energía del Espíritu Santo porque Éste es para nuestro espíritu, como la sangre, también roja, para el cuerpo físico.
Así quedaría la cadena o correa de transmisión de nuestra oración, petición o acción de gracias.
NOSOTROS - LA MADRE - EL HIJO - EL PADRE.
Purificación García.
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