Hoy, un año hace que tu alma salió a pasear y, encontrándose con Dios, ya no quiso regresar. ¿Quién dejaría plantado a Dios para irse a cualquier otro lugar?
Dios supo ver que la sonrisa de este sacerdote suyo,
Rufino Almansa Tallante, tenía la raíz muy hundida en ÉL y vio Dios que era
bueno que ya permanecieran siempre juntos.
En estos días se celebrarán Eucaristías en las viñas en las
que él, obrero incansable, supo trabajar
con Amor.
Dios me hizo el regalo de conocer a éste, su sacerdote, y me
concedió amar más y mejor A DIOS UNO Y
TRINO a través de las Eucaristías que
tan devotamente celebraba. La fuerza expresada en sus homilías siempre enlazadas
con las lecturas del día, bien proclamadas,
inyectaba en mi ser interior esa seguridad que me invitaba a exclamar:
¡Claro que sí! ¡Así de maravillosa es nuestra fe!
¡Claro que sí! ¡Así de maravillosa es nuestra fe!
Agradezco a Dios todas las personas maravillosas, todos los
sacerdotes enamorados de Aquel que un día los llamó, que ha permitido que pasen por mi vida
sin hacer estruendoso ruido externo pero, para mayor Gloria de Dios, han
ocasionado tal revolución interior que he percibido como la raíz de mi fe se
hundía más y más en mi HOMBRE INTERIOR, como decía San Agustín .
GRACIAS DON RUFINO.
Purificación García
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