" Mendizabal" en el TERCER MILENIO

Con frecuencia disfruto de la fiesta de Acción de Gracias celebrada en templos grandiosos en todos los aspectos. Construcciones que, desde que se erigieron, fueron rompiendo edades llenas de historia impregnándose de ella en su paseo por los siglos. Sí, esa historia que ha ido acompañando a las piedras como las células caminan con el cuerpo.

Cada piedra emite su latido; te acercas a cada una y escuchas el fluir de los hechos que han ido configurando al hombre en su propio devenir y que, transcurriendo los siglos, alcanzan nuevos milenios.

¿Cuántas manos tocaron cada piedra? ¿A cuántos hombres y mujeres sirvieron de apoyo para recibir sus llantos y risas en reiteradas existencias y que, cosiendo acontecimientos, llegaron a bordar nuevas eras?

Latido tras latido han llegado hasta aquí, EL TERCER MILENIO. Este milenio que para civilizaciones  primigenias  es edad de hierro en el plano espiritual.

En este nuevo milenio, el tercero de nuestra era, que se caracteriza por esa dualidad de los humanos que, al mismo tiempo que hacen rigurosas dietas para moldear sus cuerpos no cesan en el hábito recurrente de engordar el ego tomando éste un volumen y una densidad tan grotescas que uno sólo de éstos no cabe ni en la más grande construcción de las que hablaba al principio.

Todo esto es parte del plan de aquellos que quieren que el ego campee a sus anchas para tenernos entretenidos y así evitar que caigamos en la cuenta de, al menos preguntarnos,

 ¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?, ¿Adónde vamos ?.

Las pocas manos que manejan todo saben que su canto de sirena nos llevará adónde ellos quieren llevarnos que no es sino, como en la mitología griega, la muerte.

Sí, muerte, he dicho bien. Pero no me refiero a la muerte del cuerpo físico que era el triunfo de las sirenas en los tiempos de Ulises.

Los que ahora manejan los hilos saben que esta raza no es guerrera ni inteligente como lo fue Ulises. Este héroe que, con gran dominio y sapiencia, salvó a su tripulación de ser engullida por las aguas ordenándoles a todos tapar los oídos para no escuchar la voz de las sirenas; una voz llena de dulzura y musicalidad que les arrastraba hasta la misma muerte. Todos taparon sus oídos. Todos menos Ulises que quiso escuchar ese narcotizante canto al que pudo vencer imposibilitando su propio caminar.

Ellos saben que esta raza rechaza aquello que puede sacarlo de su sueño, de su embelesamiento, de su mediocridad.

Nos dijo Cristo : La verdad os hará libres. Entonces ¿por qué seguimos esclavizados? ¿Acaso nos gusta llevar grilletes?

 ¡Claro! Ahora lo comprendo. Por eso nos alimentamos de mentiras porque nos gusta ser esclavos. Si indagáramos en la Verdad entonces seríamos libres y entonces….entonces…. nuestros egos se pondrían nerviosillos por la poca vida que les quedaría en nosotros.



El rechazo a la Verdad nos hace tibios. La ignorancia del Mensaje de Cristo, consentidamente trabajada por cada persona, alimenta los egos y ¡Helos ahí!,   fuertes y robustos, de aspecto fiero y con una voz más aberrante que el mugido del minotauro.

¿Y nosotros? Pues aquí, duerme que te duerme. ¿Nuestros sentidos? Bien enganchaditos a la tecnología y su esclavizante hardware que nos impide estar atentos a las experiencias humanamente maravillosas y espiritualmente elevadas que se nos ofrece en nuestra translúcida existencia.

                       ¡ESTO SÍ QUE ES UN TRIUNFO DEL EGO!

Y mientras vivimos adormecidos por el canto de nuestros egos, las pocas manos que manejan el mundo están regando con toda el agua como solemos decir los que nacimos en el milenio pasado. No vemos, mejor dicho, no queremos ver como nos despojan de todo lo material y, no conformándose con ello, quieren encadenar nuestro futuro y más aún quieren que nuestra alma les rinda honores.

Los templos de los que hablaba al principio, esas bellas construcciones erigidas por el hombre para dar culto a Dios han sido la envidia de esos “pocos” que lo quieren todo para sí.

 ¿Cómo se apoderarían de ellos? ¿Hay diferencias con lo que se llamó desamortización de Mendizabal? La forma ha variado pero el resultado, a mi modo de ver, es el mismo, se llama expropiación y la verdad no les ha costado mucho trabajo.

Primero han esperado el momento oportuno aquel en el que la mente de la humanidad está en otras cosas, inmersa en realidades virtuales que anulan todo interés por (permítanme la expresión)  la realidad real. Estos “pocos”  han favorecido a través de los siglos situaciones y  acontecimientos que les hiciera muy fácil ganar la partida.  Y, así, dio comienzo la danza de la “cultura” aunque sería mejor expresado con el término “la danza de la culturilla”.

El ser humano hizo, siguiendo las instrucciones de los “pocos” , altar para la cultura que quisieron ellos que se escribiera con mayúscula, pero que yo no haré.

En nombre de esa cultura se crearon figuras como patrimonio de la humanidad y, llamando a las fiestas de índole religiosa fiestas de interés turístico o de interés cultural, fueron descafeinando la expresión religiosa desvinculándola de la fe.

Estos “pocos” hicieron caer sobre nuestro amado planeta, nuestra casa común, crisis de toda índole.La que más afecta a este mundo, una vez que se ha vaciado de Dios, es la de carácter material o económico. Estos “pocos” han promovido hambrunas en el ,por todos llamado, tercer mundo para que los que vivimos en esta otra zona, primer mundo, donde todavía se puede comer, nos consolemos  a nosotros mismos diciéndonos : menos mal que aquí no hay hambre sin saciar.

Claro que un pensamiento así sólo puede venir del ego porque sentirnos felices y contentos por no pasar hambre cuando sabemos que media humanidad que son hermanos nuestros se están muriendo por no tener acceso a cubrir necesidades tan primarias como son el alimento, el vestido, el cobijo, no puede venir del Ser. Está claro que esos “pocos” han trabajado muy bien no dejando ESTAR al SER en cada persona. Pero quiero gritar alto y claro al mundo que existe esperanza porque esos “pocos” no pueden hacer nada sin nuestro consentimiento, nosotros tenemos que darles permiso.

Así se desarrolló la danza de la cultura que necesitaba cada vez más y mejores templos y ¿cómo los obtuvieron? Está claro. La crisis provocada por los “pocos” hicieron tambalearse la estabilidad económica de los pueblos y no pudiendo éstos mantener los templos erigidos para el culto religioso, el pseudodios llamado cultura se las ingenió para apropiárselos.

Eso sí, a este gesto lo ornaron con nombres como: Patrimonio cultural de la humanidad. Así que sólo les ha costado una letra, sólo les ha costado una “ r ”.

Han pasado los templos de ser patrimonio CULTUAL de la humanidad, a ser patrimonio cultural de la mesma. Y ¿acaso están estas construcciones mejor cuidadas que antes de otorgarle tal título? ¿Acaso no se ven las piedras de estas construcciones tan sucias y manchadas que no dejan ver la belleza con que se erigieron? ¿Acaso ahora ya da igual como se conserven? Parece ser que sí, se podría pensar que el objetivo principal hubiera sido arrebatar lo bello a quien ama la belleza. Quizá pretendan esos “pocos” que todos olvidemos que los templos y la belleza que los dio a luz fueron creados como envoltura para lo más grande LA EUCARISTÍA.

Cualquiera que lea esto, si es que alguien lo lee, podría creer que estoy en contra de la cultura. Nada más lejos de ello. Estoy en contra del vaciamiento de Dios en la cultura que han hecho las gentes de intelecto calcificado, de psiquis cristalizada y que han querido cosificar el alma. La cultura no puede vaciarse de Dios porque toda ella forma parte de esa búsqueda de la ciencia de Dios. Esa ciencia que llaman Verdad y que muchos buscan con anhelo para dar respuesta a las preguntas que desde los albores de la humanidad se ha hecho el ser humano.


Purificación García